Es el islote que habito en medio del gran oceáno del tiempo,
la cifra última y temporal de segundos dulces y fugaces
de una vida muy corta en forma de luminoso presente,
que brillan, debutan ,cantan y bailan y luego se van
río abajo donde se va la vida de todo lo viviente.
Somos dueños de un instante, viajeros en una balsa
que renueva sus troncos cada cuatro segundos
Este momento, es el único tiempo que realmente tenemos
que al volverse pasado se evapora y sólo quedan recuerdos
y cuando es siembra, regresa en futuros de frutos y nacimientos
Amo mi pequeña parcela de tiempo, como una joya
soy su feliz dueño, que juega con ella, la mira por dentro
y desde su pequeño corredor como en las casas de campo
a veces me siento a ordenar y sacudir unos pocos recuerdos
y otras veces miro en el horizonte los segundos que vienen
frescos, tiernos y jóvenes como amaneceres siempre nuevos.
Desde aquí no me amargo con pasados grises y viejos,
pero confieso que sueño con eternidades sin muertos
donde un día no se quiebre más este pequeño puente
por el que pasamos por el internimable camino del tiempo.
-
Autor:
mario mena (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 8 de marzo de 2014 a las 23:49
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 60
- Usuarios favoritos de este poema: esthelarez
Comentarios3
muy grato
muy real
y muy acertado
.
Saludos Mario
¡qué grato saber de vosotros !
😉
Excelente y bonito poema,mi amigo Mario.Un fuerte abrazo.
Abrazo con mucho cariño, estimado Bernardo.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.