QUIERO MORIR CON ELLA
Los edenes están verdes, más verdes son tus balandros de pura seda
la senda que conduce a tu vereda está adornada de tus divinos besos
y de las inmaculadas brisas que besan tus magos cabellos de aguas tiernas
que te suspiran con vehemencia como las inaccesibles estrellas.
Pequeña mía, eres como la chispa de luna cándida y blanca
como la cantinela de la cigarra en las noches cuando ella sueña,
los maderos de mi barca se inclinan por los dedos de tus mareas
floreciendo con las líricas sinfonías de la esperanza
que fantasean tus venerables y pulcras pupilas.
Compréndelo amapola mía y de los campos sensitivos,
Paloma de mis campiñas, está desesperación que tengo por no tenerte
es más profunda que el abismo roto,insondable piélago, frío y oscuro.
Amapola de mis campos libres cuántas veces bese tus delicados pies
y embellecido tu boca con las aguas desnudas de la lluvia loca.
Ven ángelus de la tarde lleva a mi diosa a los mares de Venecia
y expándame en las azules albas y en los trigales de tus primaveras
para que me bese como besa el agua del mar a las ávidas arenas de la playa sola
encáuzame en los ríos de tus ojos y en tus cañaverales y zarzos de tus pestañas.
Acaríciame como acaricia la lluvia a los campos adustos de la tierra árida
que bendita se inclina gratificada y besa los pies del cielo,
¡Oh! vientos del norte traedme a mi Sibilina hacia mi esotérica barca
quiero morir con ella en las alfombras y plumas de sus solitarias espadañas.
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Autor:
Fco. de Sotavento. (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 11 de marzo de 2014 a las 14:10
- Categoría: Amor
- Lecturas: 86
- Usuarios favoritos de este poema: Juan Senda
Offline)
Comentarios1
Bellas letras mi amigo y hermano Juan Senda, en la vivida fragancia de los días
cuanto arrastra la inmaculada brisa
y en la cadencia matutina rompen las olas
en la espuma clandestina.
Un abrazo del alma y del corazón entero.
Ay,mi compañero querido,eres como un ángel del cielo, tú siempre vienes a mi y yo sin poder queriendo ir, medito y pienso en mi compañero Adolfo Casas, de un pueblo de México, pues mi querido Adolfo, cuantas veces pienso ir y no miento,pues no voy porque no puedo. Gracias, amigo de mi alma, recibe un apretón de manos y un fuerte y cordial abrazo amigo del alma
desde mi corazón abierto.
La inspiración no a vuelto por aquí hermano mio, no he escrito ni publicado de momento, tal vez llegue un día que este, bajo el frondoso roble o cuando llegue a caer el agua en la cañada y forme pétalos o rizos en el viento, dejando su lamentó como un eco y el tiempo me De un secreto de inspiración matinal.
solo hasta entonces. un abrazo del alma y del corazón entero mi hermano del alma.
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