Al fin llegaron aquel hombre y aquella mujer a su lugar secreto y los estallidos de sus latidos agitados podían escucharse embebidos el sudor caliente y ganas ardientes… El: Amor sencillamente no logro vivir sin estos momentos que me escalofrían la piel y me hierven la sangre... Eres mía y eso nadie lo cambiara…!!!Ella: No me hables con palabras, deja que nuestros cuerpos se comuniquen con su idioma y vayan entendiéndose… Los besos volcanosos empezaron a recorrer aquellos cuerpos enloquecidos y ya sin ropa nada les impedía el contacto tan adentro tan profundo que parecían uno solo, el amor, el sexo, el disfrute, la lujuria, la pasión se pusieron de manifiesto… Aquel hombre se deleitaba lentamente con las curvas de aquella mujer quien a su vez gemía entrecortada frunciendo el ceño abriéndose a todos los deseos de su amante dándole la bienvenida los pezones endurecidos y sus labios y lengua jugosa… Ella: Tómame por completo, por donde quieras, como quieras, donde quieras… Márcame, hazme tuya, tatúate en mi cuerpo, llega hasta mis huesos…El: Esta posición me asesina amor, muero al ver tu blanca espalda arqueada y mis manos morenas sujetándote por la cadera halándote hacia mí… Ella gritaba sin dolor, sudaba sin control y con cada movimiento se entregaba toda, su alma quedaba expuesta; y se sentía hembra, se sentía muy mujer poseída por aquel hombre…El inspirado disfrutaba de las hectáreas de ese campo sensual que exploraba sin cesar y deseaba con vehemencia, recibía todo lo que esperaba y más, y le daba todo lo que anhelaba obtener ese día aquella mujer… Esta historia continuo un rato más esa tarde los episodio fueron continuos, no perdían tiempo...Aquel hombre y aquella mujer, un par de locos apasionados...
- Autor: Eterna Amante (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de marzo de 2014 a las 10:25
- Comentario del autor sobre el poema: Buen dia... Aquel mediodia jamas lo olvidare, son momentos que estigmatizaron mis sentidos, quiera volver a vivir esas horas, todos los dias y jamas me cansaria...
- Categoría: Erótico
- Lecturas: 56
Comentarios1
Buenos días, Del Valle… Comienzo por confesarte la felicidad de mi asombro por esa prosa tuya que me conduce a los íconos de los clásicos franceses, con similitudes sorprendentes en Stendhal y Flaubert, entre otros, para obviar aquellos autores estelares que nos marcaron con sus nombres para toda la vida, desde la cumbre inmarcesibles de sus glorias.
Por alguna razón, en los grises parajes de tu narrativa, suelo encontrar el fantasma nostálgico de Madame Bovary, ebria de nostalgia en las tenidas de sus más conspicuos contertulios de la Real Sociedad de entonces. Te festejo, pues, mi noble y admirada amiga, desde estos retazos de la memoria, que tienen la dicha de refugiarse en tu ocurrencia, como si ahora mismo hubiera despertado en los siglos preteridos del acontecer literario de nuestros días, Comenzaré por confesarte la felicidad de mi asombro por esa prosa tuya que me conduce a los íconos de los clásicos franceses, con similitudes sorprendentes en Stendhal y Flaubert, entre otros, para obviar aquellos autores estelares que nos marcaron con sus nombres para toda la vida, desde la cumbre inmarcesibles de sus glorias.
Por alguna razón, en los grises parajes de tu narrativa, suelo encontrar el fantasma nostálgico de Madame Bovary, ebria de nostalgia en las tenidas de sus más conspicuos contertulios de la Real Sociedad de entonces. Te festejo, pues, mi noble y admirada amiga, desde estos retazos de la memoria, que tiene la dicha de refugiarse en tu ocurrencia, como si ahora mismo hubiera despertado en los siglos preteridos del acontecer literario de nuestros días, iluminado por los esplendores de tus sueños, luminosos y boreales como un amanecer. Por todas esas cosas que se agitan en tu alma, desde el corazón te admiro con pasión desenfrenada.
Oswaldo.
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