Despierto: Visión de un ciudadano

Henry V

 

El sonido del goteo de nuestro origen

Sobre el rostro  de agua del silencio de los sueños

Marca  el tiempo  onírico.

La última gota anuncia la llegada del presente  y sus

Segundos: Mausoleos de la juventud.

Vamos a la vigilia con el deseo  de saber que la noche raptó a la realidad.

El barullo del mundo y sus palabras muertas  gritan que no es así.

Los instintos revitalizan al cuerpo: lo impulsan fuera de su letargo;

Debe ir a pagar una  deuda  con sudor.

El espejo dice,

Y dice,

Y dice…  cerramos los ojos para callarlo.

“De las palabras del espejo debemos huir” reza un proverbio

Hecho de miedo y vanidad.

En este día nos negaremos más de   tres veces a nosotros mismos:

La primera:  fugarse del espejo.

 

Los lugares sin tiempo llevan en sus caminos

el eco  de una verdad de la que huimos  aquí: ¿Quiénes somos?

Aquí, la modernidad responde  en nuestro nombre.

Nos  descifra,  nos intuye. Enajena.

Somos los bastardos  de la actualidad que engendró el sincretismo.

Olvidamos el origen.

Ese sitio común donde éramos magos y reyes.

Donde los elementos naturales eran el  reflejo honesto  de nosotros.         

Cantábamos esa verdad a los cinco puntos cardinales.

La tierra y sus criaturas nos nombraban.

El honor era el color de la sangre,                           

Un hermano mayor  el árbol,

La bestia salvaje, guía de nuestro instinto.

La caza, el aliado   que  se encargaba del  miedo.

La Luz,  una fuente en el Ser.

Su claridad,  el maestro  a nuestras dudas.

La certeza  eran el poder y la fuerza que nos alejaba del terror a la muerte;

La muerte, el proceso más digno de aspiración.

La vida era un par de ojos eléctricos  que generaban confianza.

Hoy, la vida tiene muchos ojos, muchas cabezas,

Su conjunto amedrenta:  cobardía que  nadie cura,

Que todos evadimos. Una fuga más.

 

La modernidad es la mentira  que se expresa a diario con el seudónimo  de realidad.

 

En los lugares sin tiempo estamos más cerca de nosotros mismos. Del otro.

Aquí no. Este sitio es un  bazar  de artilugios bélicos  

Destinados a  derribar  el bastión  de angustia que genera la Ignorancia.

Los signos de la belleza son prendas apócrifas.  Nos repugna la desnudez:

Vamos a la calle negándola con  el brillo del poliester.

La desnudez se volvió  una quimera a

La que debemos ultrajar mientras más la cubrimos. Fetiche.

Entre los pies y la tierra se rompió la fraternidad. Los pies lloran.

 

Mutamos los sueños  del origen por signos modernos.

Cuando el origen se infiltra  en ellos los llamamos pesadillas.

Mutamos los sueños. Otra cara de la fuga.  Nos negamos.

A la fatuidad del presente  le decimos anhelo o aspiración

 

Al toro del presente lo montamos varias horas al día.

Pagamos con sudor y nos laurean con vértigo.

Avanzamos en el afán con el sol de testigo. Testigo  indeseado:

Su calor exacerba el salpullido  de emociones en la piel de la desdicha.

Lo mismo el frío. Lo mismo La lluvia.

 Todo contacto natural es inclemencia. Lo negamos. Nos negamos.

 

La familia es la mentira que provoca  falsos brotes   de sentido o identidad.

Esas flores de un lejano invernadero.

La familia espera al Otro, para revisar heridas. El pus provoca rechazo.

Nadie piensa con el verbo Ser. Todos lo hacemos con el verbo Huir.

 

Muchos  arrastran al pensamiento a la guillotina. Otros, los sentidos.

Nadie lleva a la realidad,

Esta,  que quema al alma en su propio santuario;

Que cubre  todo de sangre, traída del vacío, 

Para fincar  sobre  la  vida, la muerte sin retorno.

Se ha llevado historia y tiempo al bracero del instante,  del que humea ansia.

El humo invoca  a los  jinetes  de la nada para abrir sus sellos

Y regar su verdad en nuestras cenizas.

El polvo de nuestros huesos y la sangre del vacío

Amasa  ídolos de terror: muñeco vudú  en manos  del despotismo.

Todo nos niega, y, al aceptarlo, nos negamos también.

Nadie lleva la realidad a la guillotina.

 

El engaño  es un refugio:

La meditación actual no es el rencuentro del ser con el Ser.

Es la  evasión  de nuestro rol en este sinfín. Negación.

 

Cae el Indeseado con su verdad de Hidrógeno.

Volvemos  al reloj del tiempo interno,al sueño,

Deseando que la siguiente noche  la rapte.

 

 

 

 

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