Son muchachos,
cara de niños,
venezolanos,
alegres,
todavía piensan en juerga,
de buen corazón,
corazón sincero,
no llegan a veinticinco
y se parecen a tus hijos,
cuando corren y corren,
pero esta vez, los persigue el peligro.
Son jovencitos portando su bandera,
queriéndose abrir paso entre perdigones y golpes,
entre tantas mentiras y bombas que les hacen daño,
queriendo dejar atrás una secuela separatista,
que quiso desunirlos,
aún siendo hermanos,
pero sin saber, que en el fondo,
ellos trazaron un mismo camino.
Caminan raudos por la calle candela,
hurgando en la noche la llamarada de libertad,
con su vela prendida,
pues tienen derecho de abrirse un futuro,
por ahora incierto,
cuando algunos cantores de la mentira,
prometieron bosques,
pero sólo dejaron desierto.
Son muchachitos como los tuyos
y a todos les sobra orgullo,
luchando cada tarde por la calle candela,
cansado de arrastrar cadenas,
con su mirada adelante y su bandera en el rostro,
escribiendo las páginas gloriosas,
de un futuro promisorio,
caminando, corriendo, cayéndose y levantándose,
pero sobretodo:
Abrazándose.
Ricardo Felipe
Un soñador sin mucha estirpe
cara de niños,
venezolanos,
alegres,
todavía piensan en juerga,
de buen corazón,
corazón sincero,
no llegan a veinticinco
y se parecen a tus hijos,
cuando corren y corren,
pero esta vez, los persigue el peligro.
Son jovencitos portando su bandera,
queriéndose abrir paso entre perdigones y golpes,
entre tantas mentiras y bombas que les hacen daño,
queriendo dejar atrás una secuela separatista,
que quiso desunirlos,
aún siendo hermanos,
pero sin saber, que en el fondo,
ellos trazaron un mismo camino.
Caminan raudos por la calle candela,
hurgando en la noche la llamarada de libertad,
con su vela prendida,
pues tienen derecho de abrirse un futuro,
por ahora incierto,
cuando algunos cantores de la mentira,
prometieron bosques,
pero sólo dejaron desierto.
Son muchachitos como los tuyos
y a todos les sobra orgullo,
luchando cada tarde por la calle candela,
cansado de arrastrar cadenas,
con su mirada adelante y su bandera en el rostro,
escribiendo las páginas gloriosas,
de un futuro promisorio,
caminando, corriendo, cayéndose y levantándose,
pero sobretodo:
Abrazándose.
Ricardo Felipe
Un soñador sin mucha estirpe
- Autor: ricardo felipe (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 16 de marzo de 2014 a las 16:54
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 133
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