Muerte y silencio

Darío Ernesto

 


 

Polvo  en el olvido, arena y  telarañas que tejen los recuerdos

Yacen los suspiros, del que  de pie sigue gimiendo y clamando

En pie, lo he visto al doliente,

Rostro enjuto, en frente de la lápida,

Epitafio de simples y miseras letras,

sin esmero, sin alma,

Ausencias, que enmiendan, las carencias en vida.

Muerte que soslaya, martirios en la pálida  tez

Sangre  que se obscurece, renegrida  y violeta

asfixiando cada neurona,

Pasan las horas a los vivientes, ruedan las lagrimas sin nombre

Allí en ese espacio,

resignados quedamos inertes, sin murmullos, miradas perdidas

Silencios que  tiene el séquito,  velorio y  martirios.

Pasan las diurnas horas,

Llegara el instante de buscar  consuelo

hay del día postrero, silencio del que yace en la tumba fría

hombre, niño, madre,

todos  yendo  a la sepultura,

Muda la voz, del que no inspira, no mueve sus labios

Solo sus uñas crecen, el pelo   y  el olvido.

Del polvo eres, al polvo volverás,  palabras del ser supremo

Condenando con la muerte, a todo lo que tiene pecado, dolor y 

vejez.

 

Autor: Darío  Ernesto Muñoz Sosa

Ver métrica de este poema
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.