Crónica de un perenne retorno.

DanaeQ

Te adamé en silencio, entre tantos disgustos y sonrisas.

¡Ah! locura que tú y yo hemos inventado,

nos hemos perdido en los cielos de Leteo,

 olvidándonos sin mesura, soltándonos los dedos

que fielmente hemos enlazado.

Ven a besarme el cuello, empinado elíseo que hallaste entre las nubes.

Ven a cantarme con los labios cerrados,

enrédame en tus enmarañados hilos de vida y sorpréndeme,

 sorpréndeme con los secretos en la boca que sólo tú sabes darme.

Labios dulces de aroma entrañable,

labios que evocan dulcísimos deseos.

Hemos muerto tantas veces, tantas que ya no puedo recordarlas...

Sólo sé, mi Adamor, que moriré en tus sueños, en tus más recónditos silencios.

  • Autor: María Caín (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 22 de marzo de 2014 a las 01:57
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 68
  • Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
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Comentarios +

Comentarios1

  • El Hombre de la Rosa

    Muy grata la lectura de tus hermosas letras amiga María
    Saludos y amistad de Críspulo



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