Flor de Miel

Flor de Miel era su nombre,
y una abeja la precedía;
el suyo era el nombre más hermoso
que he conocido en mi vida.

Su pelo caía cuando se agachaba
para trazar con figuras poesía;
lóbregas y fulgurantes cascadas
que al viento se desvanecían.

Delicada mano que infiere hermosura
usando como medio un lápiz azulado.
Solo tú transfieres ese trazo agraciado,
solo tu concibes realidades abstractas.

Era su mano sobre la que meditaba,
esa misma mano que belleza trazaba.
Entre las montañas extraía su mirada
conceptos inconclusos que al papel transformaba.

Esos ojos, esa alma que en el viento dibujaban
las ideas y pensamientos que su mente atravesaban.
Eran negros, tan profundos, que tragaban mis versos
en lo que duran apenas unos pocos segundos.

II
Flotaba su espíritu entre nubes grises,
mecido era su pelo por el viento frío;
cobraban vida con bellos matices
entre sus dedos finos.

Soñaba con tierras lejanas,
un lugar lejos de las cosas de aquí.
Quería encontrarla entre nubes y montañas,
quería acercarla esbozándola así.

Entre suspiros lograba escuchar
ecos distantes que la habrían de inspirar,
solo ella sabe lo que comprendía.
Solo del viento escuchaba poesía.