Sonó desesperado su orgasmo:
vaciarse hacia afuera
temblando laderas
e inquietando aguas.
Aquella última costa
era un inevitable naufragio
y el atardecer una despedida
para desvanecerse de nuevo
y volver a ser creíbles.
Ella seguía gimiendo,
fatigada ya, exhausta,
y él fingía atrapar el tiempo
para demorar la oscuridad.
Kabalcanty.copyright©
- Autor: Kabalcanty (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 24 de marzo de 2014 a las 19:10
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 62
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