El hombre pasa buscando,
en el prado o en el agua,
en el llano o la montaña,
en la ciudad o en el campo.
Siendo un joven o un anciano,
llevar riqueza a su casa.
Siendo el trabajo, su arma,
su más honesta herramienta.
Sin temer a su conciencia,
con el sudor en sus manos.
Su riqueza, es su trabajo,
no el producto de la estafa.
Si embargo, la calaña,
de otros que se enriquecen
esperan pacientemente
con una sutil carnada
y sin dudarlo lo engaña.
Pero nunca se arrepiente.
Admiro al que honestamente,
limpio, logra la fortuna
y no hay crítica alguna
que ensombrezca su fulgor.
Repudio de corazón
a aquel que embaucando, triunfa.
® ESCRITOR INGEL LAZARET
- Autor: Escritor Ingel Lazaret (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 27 de marzo de 2014 a las 14:13
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 39
- Usuarios favoritos de este poema: kavanarudén
Comentarios2
Me uno a su loable sentir...
Saludos amistosos de
Peregrina
... muchas gracias por sus palabras...
Sentido, profundo.
Yo también admiro a la gente que trabajo y repudio al que se enriquece con el trabajo horado de los demás
Grata tu lectura.
kavi
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