Para mi hija Daniela Alejandra Amaya Carrascal

Amor, yo he seguido por pasos lejanos a mi

he señalado estrellas sin nombres

junto a caminos desiertos que no heredaron un fin,

yo mismo he sido una película muda

y una lámpara que no enciende

en el vientre de la oscuridad…

¡Oh amor! Una vez, en un sueño

había una mesa con una cajita de música

y planetas girando en el techo,

un ambiente profundo y menos vacío

se enredaba en los zapatos de los testigos…

creí que era del cielo…

Amor, mi pequeña yo era una piedra en el curso del rio,

hubo palabras selladas en armarios oscuros

y en bóvedas ciegas,

pero, sin más que rogar y sin más darse en muros,

se ve el mundo sin vida cuando miras atrás…

y tú misma eres un tren, en una vía dirigida

a mis aposentos  que aguardan reinas y princesas…

¡Amor! Viví el sueño real de verte y  abrazarte

Aquí en estos pasos todo debe ser simple,

como todo lo que en la vida conlleva,

la tranquilidad del cielo y las montañas,

el sol  y la luna zumban como colibríes hambrientos,

he allí la calma de la vida, en tus ojos que vuelan y hacen mitad de mi…

¡Oh pequeña! Tus pasos dejan huellas luminosas

En  un sueño el mundo irreal

Abre portales a tus primeros pasos

y  los caminos florecen,

como magia que hace vivir ríos y bosques,

he de vivir siempre esclavo

en el fortín que tu reinas,

he de estar en tus pasos

como una mascota  fiel,

he de llorar tus lágrimas y sufrir tu dolor,

he de reír tus risas y  aprovechar tu amor …

amor  en un sueño había una cajita de música

y planetas girando en el techo,

te vi… como un tesoro que se encuentra,

como un manantial puro,

como todas las estrellas que señalé

 en una noche profunda,

te vi… como el timón que todos

observan para llegar a la luz,

te amé… como siempre he de amarte,

y después de todas las vidas

te llevaré en mi,

como la energía que lleva cada quien en el tiempo…