Alguien –no sé quién- abrió
la caja de los sueños indefinidos
y las luces inundaron todos los lugares
habidos y por haber.
Creo que hubo un fuerte grito
entre los lejanos montes
y una insignia de amor perdurable
en los corazones de las personas
venidas a menos.
Muchas personas se sintieron
libres como la libertad;
y agradable fue observar
un camino diferente,
una grata ruta hacia la felicidad
que habita en nuestro interior.
- Autor: Alexander Vórtice (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 19 de enero de 2010 a las 05:39
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 42
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