Extraño ese camino que me acercaba a mi hogar,
Extraño esa estrella que me indicaba mi lugar,
En un parpadeo la perdí
Y al buscarla nuevamente,
me llevó este huracán,
Tempestad de tempestades
Acabaste conmigo aunque sobreviví a mil enfermedades,
Pero a ti no, brújula del tiempo.
Me alejé sin saber la manera de volver
Padre, madre,
Perdí mis alas y olvidé como volar
Porque este sueño sin querer mi pesimismo logró corroer
Como acero sin pintura.
Una puerta sin cerradura
Floja, débil sin resistirse a ser abierta,
Un agujero que será mi sepultura, y
La melancolía que me desnuda
Sujeta mi cintura
Y pudre mi interior.
Yo aquí sentado sujeto el silencio que ronda el lugar
Continúo extrañando esa luz que indicaba el calor de mi familia,
Extraño esas frases y señales
Que mamá y papá decían con frecuencia
Pero que yo desperdicié en mi carencia de elocuencia.
Siento el estallido en mi pecho
A cada instante que pienso en mi antiguo techo,
Porque aun extraño sus sonrisas, abrazos y caricias
Gracias padre y madre por haber hecho de mi vida
Un manjar, una delicia.
- Autor: Fernando Martínez Lyra (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 30 de marzo de 2014 a las 01:24
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 39
- Usuarios favoritos de este poema: santos castro checa
Comentarios1
Hay una burbuja de melancolìa, un dejo de tristeza, una sensaciòn indescriptible, que no acierto a comprender, en tu càlido y tierno poema. Una dedicada y merecida expresiòn de tu talento a esos seres, a quienes le debemos mucho de nuestra formaciòn.
Te valora,
Rudavall
Gracias por comentar, y sí es cierto es algo indiscriptible
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