Mil tonos de verdes, azules y grises.
Montañas y valles veo aparecer.
Es un crudo invierno, hace mucho frío
sobre el caserío de lenga y ciprés.
Todo está cubierto con un manto blanco
espeso y profundo este atardecer.
Lonquimay perdura en la espesa niebla,
el humo se quiebra formando figuras...
¡del frío te burlas, vieja chimenea!...
Una viejecita que está hachando leña.
Una linda nena que me dice adiós.
Un chico jugando con su perro blanco.
En la puerta, aldeana, tu gracia sonrió.
La senda se angosta, su final ya llega.
El verde reniega, cambia de verdor.
El día acabó. La noche regresa.
Lonquimay que reza con nieve y carbón.
© ESCRITOR INGEL LAZARET
- Autor: Escritor Ingel Lazaret (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 30 de marzo de 2014 a las 11:24
- Categoría: Naturaleza
- Lecturas: 54
- Usuarios favoritos de este poema: kavanarudén
Comentarios1
Leerte e imaginar todo el paisaje fue todo uno.
Me has llevado a esos hermosos parajes. Vi esa viejecita que cortaba la leña, la nena diciendo adiòs, el chico jugando, el humo de la casita que se perdía en el horizonte, la nieve....
Gracias por compartir tu don poeta.
Dios te bendiga.
Kavi
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