Salté el aprisco pronto a escapar,
a la voz que me guiaba fui
rebelde, y me negué a regresar.
desiertos y montañas recorrí,
Oveja solitaria.. En mi vagar
fui Señor alejándome de ti,
sintiendo de hambre y frío desmayar,
camine entre las sombras y caí,
Libertad buscaba y no la encontré,
las fieras inclementes me atacaron,
y gravemente herida resulté.
Mas, el buen pastor a buscarme fue.
sus manos mis heridas vendaron,
me encontró y en sus brazos regresé.
- Autor: Manny (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 1 de abril de 2014 a las 17:49
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 62
- Usuarios favoritos de este poema: Diego Galvan M
Comentarios1
Bello! un poema con aroma de Oda al salvador de nuestras vidas, el ser majestuoso que en situación de peligro nos acoge en su resguardo.
Un placer leer tus letras., admiraciones.
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