Usted, mi amada destructora, no tiene derecho a destruir mi vida,
pero puede hacerlo las veces que quiera
Usted no puede ignorar las huellas que me dejó en el cuerpo,
No puede pasar impune el resto de su existencia sin recibir castigo;
el castigo que se merece por haberla amado.
¡La condeno a morir después de mí!
Y así podré vivir toda mi vida con la esperanza de tenerla.
Comentarios4
muy lindo
Gracias Yineyli por leer mis mansas letras. Un abrazo
¡La condeno a morir después de mí!
Eso se merece... y por lo menos que viva mil años, porque parece que aspirar a tener su corazón... ya no se puede. Me he sentido tocado. un abrazo.
Me he sentido halagado mi señor al lograr su atención.
Muy gentil de su parte.
Un abrazo.
Cuanto amor y cuanta fuerza en tu escrito, cuanto dolor también.
Me gustó mucho, felicidades.
Un abrazo.
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