Lluvia
Al oscurecer me puse a escuchar,
Percibí un horizonte de perros ladrar…
El silbido del viento al pasar,
Y las ramas a su paso inclinar
Los grillos cantaban sin cesar…
A la inquietud misma del reino animal
El cielo, ¡parecía se iba a quebrar!
Y entre las nubes, vi el relampaguear
Mi alma sintió un nuevo miedo
Lentamente me asomé a mirar
Buscando en los oscuro algo…
En silencio, escuché mi propio respirar
Enseguida escuché
El baño del suelo
¡Llovía sin parar!
Y el cielo hacía un ruido infernal
A lo lejos se hizo escuchar
El zorro en su triste aullar
El dueto perfecto hacía sin par
Acompañado por el mboijagua
Entonces…, las aves,
Parecieron despertar,
Y en la tristeza de sus cantos,
¡El cielo intentaron quebrar!
Los truenos se entrecruzan a lo lejos
Aquí estoy yo,
Y mi alma llora,
Llora buscando su presencia
A lo lejos canta un ser sin forma,
Llora su tristeza sin final…
Entre escalofríos, el sueño no llega
El descanso se aleja de mí, sin regresar
Escucho a los ríos, en su desbordar
Llevando todo cuanto encuentran
a su salvaje pasar
El silente miedo se apodera de mí ser
¡Y el mundo entero llora un triste padecer!
Escucho la lluvia lentamente caer
Solo, con mi triste soledad…
Mi alma te busca y mi ser te inventa
Y la lluvia canta a mí triste realidad
Siento en mi piel cada gota de lluvia
Que el viento lleva en su pasar
Como cristales que caen y que cortan
Mi alma de poeta, ¡inspiración fatal!
Y surge en mí un amor sin par,
En la tristeza, te empiezo a extrañar
¿Dónde estás y que haces sin mi?
La noche ha llegado y tú no estás aquí
Mí mirada loca de aquí para allá…
La tristeza me envuelve,
La casa vacía, llora tu ausencia
Al igual que yo y mi gran pesar
Mientras el baúl de mi vida
Se ha llenado de historias
Historias de risa y felicidad
A veces tristeza, otras tantas…soledad
No puedo dormir, solo quiero pensar
Y sigue afuera la tormenta
Mientras en mi interior
Se ve también venir un huracán
Y los que un día jardines de rosas
Limpias y puras nuestras historias
Poco a poco invernales se tornan
Y quedan marchitas…
Aquellas flores de pasada felicidad
Y sigo aquí
Buscando donde nos equivocamos
Aquí, entre la añoranza y tristeza
Hago pasar mi infelicidad
Sobre nuestra casa
Cae la lluvia sin cesar
Y yo siento lentamente,
Que la añoranza, me empieza a matar
Y mi vida se destroza en pedacitos
Ahora que tú ya no estás aquí
¡Siento en esta noche de lluvia!
A la muerte, venir por mí
En sus manos carcomidas
Un cuchillo sin filo
Para matarme sin más
Lentamente, me desangrará
La fiebre se apodera de mí ser
En mi delirar pregunto por ti
¿Dónde estás?
¡Te necesito aquí!
Si tus manos me tocan
Todo mal se alejara
Y si tus labios me besan
Mi alma a mi cuerpo volverá
La cama siente el frio de tu ausencia
Ven conmigo… Ven aquí
Mi ser solicita tu presencia…
Pues la noche es eterna si ti
Aquí estoy, con mi culpa y mi soledad
Y no es martes, ni es octubre
Ni lunes otoñal, pero como si lo fuese
Te empiezo yo a buscar
Los mantos que me cubren
No cubren mi febril ansiedad
Aquí llueve y yo te extraño
Y tú simplemente no vendrás
Como mariposa traviesa
Tu voz parece llegar
A acariciar mi cerebro
Y mi tristeza llevar
Y al morir esta noche infinita
Llevare un rizo de tu pelo
Para que me acompañe siempre
A donde vaya a parar
Siento el viento en su baile tosco
Y ahí cerca el agua pasar
Y entre ellos, sollozando
Dejo unas lágrimas escapar
Llueve lentamente
Las gotas caen y se esparcen
Penetran el suelo... se van
¿Dónde?, no lo sé
¿Será acaso que te han ido a buscar?
Mientras afuera el mundo continúa
Mientras las horas siniestras
Sobrepasan mi tiempo en la locura
Débil, torpe, ciega…
Mi vida se encuentra
Y siento frio, aun en el calor
Un frio polar, por mi febril tempestad
Y entre la locura de mi pensamiento
En esta noche de lluvia siento que muero
El tiempo lleva a su paso
Todo lo que en mi alma quedaba
Esos recuerdos que juntos vivimos
Tristeza disimulada de felicidad
Así, la oscuridad
Secuestra al mundo
Y siento mi alma
Romperse como cristal
Y me pregunto
¿Qué hago aquí sin ti?
¿Qué pretendo con esta actitud?
Dando al mundo sin pensar
Mis besos y mi integridad
Por orgullo no te fui a buscar
Por tonto no te quise llorar
Y quede aquí, con mi soledad
Donde un día me enseñaste a amar
Y yo, te sigo buscando
Entre la calma inmensa
En aquellas tardes quietas
En aquella oscura puerta
Entre las caricias muertas
Sigo guardándole mis versos
Sigo guardándole cada uno de mis besos
Sigo aguardando su regreso
El pasado va nublándose
Lentamente en mi cerebro
El presente va muriendo
A cada paso de mi cuerpo
El futuro va perdiendo
Día a día sus misterios
Los minutos van muriendo
En su guerra contra el mundo
Y las horas se convierten
En no más que vagabundos
Que se alejan por el mundo
Sin saber de su destino
Y en la locura de un segundo
Mueren, lejos, perdidos
Y mi pluma se desliza
En estas hojas errabundo
Porque mi alma se ha vendido
A la tristeza en un segundo
Mis ilusiones van vagando
Guiadas por la nostalgia
Y mis versos se van tornando
En simple verborragia
Los rayos se entrecruzan en el cielo
E iluminan la tierra unos momentos
Caricias que no fueron en mi vida
Vienen a despertar viejos sentimientos
Ramas que rechinan y que chiflan
Rompiendo en sus chirridos el silencio
Neuronas que invaden mi cerebro
Y me dan, sutil conocimiento
Caudales de agua entre las rocas
Buscando su camino hacia lo incierto
Tornados de hormonas en mi cuerpo
Buscando un sendero hacia el cielo
Pedazos de cristal entrecortado
Que chocan con la tierra entre los cerros
Maldades que se ensañan en mi alma
Y convierten mi vida en un infierno
Y entre todo eso,
Las plantas que renacen, ¡milagro de la vida!
Verdades que se ocultan
Y se transforman en mentiras
Minutos que no pasan
Se detienen en el tiempo
Lecturas que me agotan
Y un mortal aburrimiento
Bolígrafos que se deslizan
Sobre estas hojas vanas
Silencios que me aturden
Por su estridencia macabra
Secretos que se cuentan
Y debieran de guardarse
Verdades que se ocultan
Y deberían contarse
Canciones naturales
Con acordes de chirridos
Y notas elevadas
De un silencio infinito
Bocas que dicen mucho
Pero jamás dicen nada
Ojos que dicen todo
Sin pronunciar palabras
Amores que se juran
Con simples frases vanas
Promesas que no se cumplen
Porque no nacen del alma
Inercia manipulada
De un movimiento quieto
Palabras tergiversadas
Para entender un “te quiero”
Y entre todo aquello…
Siento que muero lento…
Entre tanta tristeza
Siento mi alma inquieta
Y en mis huesos,
Ocultándose lentamente
La envidia hirviente
¿Será acaso el diablo,
quién esta noche me ha citado?
Buscando engañarme…
Y en mis oídos cantando
La dulce melodía del pecado
La serpiente me observa
Con sus ojos brillantes
Por la ranura de la pared
De sus labios fluye,
La maldad del mundo como dulce miel
Por favor ven
Solo tú me puedes liberar
Y como las aves, juntos volar
Romper las cadenas
Y huir a tu lado
Donde nadie nos alcance
Por la eternidad
Podrá ser
Que Dios me haya olvidado
Que aquellas oraciones de mi niñez
De mis labios de fluir hayan dejado
Puede también que como bestia
Mis ojos brillen y mi alma enloquezca
Mi piel suda, sudor de maldad
Y en mi sangre empiezo a pagar
Los pecados que cometí en mi andar
Y aún así
Pido a dios…
Que no me olvide...
Y en mi agonía, te pido a ti
Que vuelvas junto a mí
En esta noche de lluvia…
Si he de morir,
¡Moriré por tu amor!
E iré al infierno a sufrir…
Por mí, por los dos
En paz sufriré, no lo dudes
¡Si tu ángel mío eres feliz!
Allá a lo lejos
Donde el sol suele ocultarse
Veo el relampagueo de la tempestad
Y escucho a los rayos en su tronar
Los animales inquietos
Llenan el ambiente de ansiedad
Y el miedo se convierte en dueño
De esta noche de soledad
El viento se ha llevado
Y ha tragado mi valentía
Yo solo en esta agonía,
En compañía de la ironía
Quisiera huir lejos
Pero la lluvia me detiene
Cierro los ojos, escucho
El mundo ruge, las nubes cubren
A la luna que brilla en la inmensidad
Mañana quizá
Todo haya terminado
Y no pararé
Hasta que te haya encontrado
Si aquel del cielo existe
Me dará un amanecer más
Todo logra el que persiste
Y yo… ¡lo juro! Te he de encontrar
Te besare en los labios
Y con tus manos en las mías
Y mis ojos mirando los tuyos
Te diré lo que siento vida mía
Que de mi boca fluyan las palabras
Y mis lágrimas entonces, pararán
Y empieza la lluvia a caer
Escucho a lo lejos el tronar
En mucho tiempo vuelve a llover
Se refrescaran de nuevo los animales…
¡La tierra revivirá!…
Lo cierto, es que tu no estas
La ironía, que mi alma… ¡parece que te quiere inventar!
La realidad, que la lluvia, ahí afuera está
Y lo que parece mentira, que yo, en nuestra casa…
Solo me dedico a escuchar…
Y entre todo…
La lluvia sigue cayendo, como siempre
El hombre sigue pecando, por rebelde
Y yo sigo escribiendo, pobre idiota
Mientras por el tejado, siguen cayendo las gotas.
- Autor: mimo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 9 de abril de 2014 a las 15:55
- Comentario del autor sobre el poema: este poema es una reflexión analogica sobre las tormentas que muchas veces tenemos dentro nuestro con las tormentas naturales, ojala les guste!
- Categoría: Amor
- Lecturas: 138
- Usuarios favoritos de este poema: Maria Hodunok.
Comentarios1
Muy bueno, poeta, con metáforas intensas, entre la lluvia y la vida, me encantó leerte.
Y es un placer conocerte, te leí por tu nombre guaraní.
BELLEZA TOTAL.
CARIÑITOS ARGENTINOS.
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