Había un hombre tendido sobre el suelo, con los ojos tan fijos en el firmamento; una niña se le acerco con rosas purpuras que lloraban, mas sus mejillas enflaquecidas, notaban que rompía en llanto, mientras se hincaba sobre el cuerpo tendido que parecía sosegar:-¡Hola! – dijo ella, enjuagando sus lágrimas contra el pecho del hombre.-¡Hola! –respondió,-¿Por qué?... ¡por qué!-No lo sé, tal vez siempre lo fue… ya veo un ángel, ¡allá!, pero creo saber que es tu rostro en el cielo que se crisma de azul…-Un espejo, ¿Tal vez?-Tal vez… debo recostarme aquí siempre y seguir soñando lo que nunca pude tener. Déjame, aunque sea, por la eternidad soñar que te tengo en mis brazos…-Siempre me has tenido en los tuyos… no, no cierres tus ojos; jugaremos a la ronda bajo el árbol viejo y estaremos juntos…-Dios me da la mano, me dice: ven, hijo mío, ven. Y yo no sé si ceder…-No, no… no abras la mano, ¡no!-Ya vuelvo… daré una vuelta por nuestra casa… oye: te amo.Cuando veo alguna estrella que fulgúrese en el firmamento, ando con la expectativa misma de que es un hombre que llora, de sus males perdonados; de su condena, al estar enamorado, jamás liberado.
- Autor: Edwar Himmler (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 10 de abril de 2014 a las 12:45
- Comentario del autor sobre el poema: He querido compartir este fragmento de mi gran novela titulada: \"Ritler\", un joven de 15 años que por ironías de la vida se convierte en una asesino de \"almas\", trabajando para el diablo y buscando en los malos al culpable de su desgracia.
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 33
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