PARA INICIADOS EN LA FÍSICA DE LAS COSTUMBRES

Fernandotorres

Damocles, éstate quieto te ruego.

Ahora subiré por esta escalera,

que casi bordea el cielo,

para quitarte el eterno pesar

que oprime tus sentidos

y hace ahogar tus esperanzas.


A partir de entonces

ya no dependerás de nadie

que ni conoces ni te conoce.

Tampoco de ideas erróneas

sepultando tus ganas de estar vivo.


Ya no dependerás de cifras

ni de políticas tomadas a puerta cerrada.

Dirás adiós a la velada

pero constante ansiedad

de sentir que tu mundo

está hecho de la materia de los sueños.


Ya está.


Corre, Damocles. 

Corre lejos de aquí.

Veo la espada en la tierra.

Y no creo sea casualidad

al mismo tiempo

polvo se haya levantado en el horizonte.

Huye, amigo.

Llegarán pronto

para volver a ponerla en el sitio

donde nunca tuvo que estar.


Suerte.

Tú aún estás a tiempo.

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