Nunca fui golpeado antes de esa hora
Por un amor tan dulce y repentino,
Su rostro floreció con aires marinos
Y se llevó mi corazón lejos, definitivamente.
Mi rostro empalideció con el blanco de los muertos,
Mis piernas se negaron a marchar,
Y cuando ella miró ¿a quién podría reclamar?
Mi vida y mi todo se convertían en piedras de sal.
Entonces la sangre se apresuró en mi rostro
Y arrebató aquel paisaje de mis ojos,
Los árboles y arbustos del lugar
Fueron mediodía y crepúsculo.
No pude ver una sola cosa,
Palabras había en mis ojos
-Hablando con el acorde de las cadenas-
Y la sangre ardiente se volcó a mi corazón.
¿Tienen las flores la elección del invierno?
¿Es el lecho del amor siempre helado?
Parecía que ella oía mi silenciosa voz,
El amor no es un llamado al saber.
Yo nunca vi un rostro tan dulce
Como aquel que estaba frente a mi.
Desde entonces mi corazón abandonó mi cuerpo,
Y ya nunca retornó.
- Autor: EL ILUSIONISTA ETERNO (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 3 de abril de 2009 a las 20:46
- Comentario del autor sobre el poema: PARA ELA MOR DE MI VIDA GUADALUPE.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 136
Comentarios1
Me encantó lo que escribiste.. tiene muchos sentimientos... sabes escribir cosas muy lindas y que llegan al corazón de uno.. en especial a la persona que está dedicado!!... bye!!... - vic -
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