Era un soleado día de abrilque su alegría desbordabaporque ella en su vida dabaun paso más a mujer. Contaban ya quince rosas,todas rojas, muy hermosasque adornaban muchas cosasque quiso siempre realizar. Su dicha era compartidacon otras dulces sonrisasrasgadas de ingenuidaden la felicidad matinal. Y el día en su lento pasarpoco a poco confesabapasiones de una muchacha,de las que temía hablar. Mas cuando la tarde caíasobre la esfera sombríadel colorido floral. Por el que la dulce muchachacon su cabecita gachasolía entre sueños pasear. Hubo lo compañía urdidade un jovencito malodel que esperaba más. Y entre tres besos de mentiramanchó su alma vencidapor un amor primaveral. Ese fue el desolado díaen que creyendo en la vidapensó vivir una realidad. Sin darse cuenta lo que hacíasu alma tibia vivíael principio del final. Del cual no pudo escaparporque su pecho fue tiernopara soportar una dura pena. Aquel vestido de sedaque acompañaba su penaera el que en silencio contabados latidos de dolor. Abandonados a espaldasdel cuarto que amabay que ahora le negabala clara luz del solar. Cuanto más tiempo transcurría,su vientrecito crecía,sus ojos se le dormíanagobiados por la incomprensión. Y un día gris de madrugada,a los primeros golpes del albacegó su vida dolida,junto a otra que nada sabía. Movidas por la perversa mentiracayeron al suelo verdesdos hojitas que pendíande un robusto ramalque comenzaba a mostrarsu belleza y esplendor. Cuantas más deberán caeral cercano espacio del olvidocomo tributo al disfrutede sentimientos malignos.
- Autor: ULISES CAPELO (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 16 de abril de 2014 a las 17:34
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 45
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