Los meses pasaban al igual que los años. Día tras día se levantaba con la sensación de que le faltaba algo y que tal vez sucediera mañana. No sabía muy bien lo que era pero ese sentir no la abandonaba.
Por más que pensaba no sabía lo que podía ser y eso la agobiaba por el sentimiento de falta y carencia que le ocasionaba. A veces le latía el corazón tan deprisa que hasta tenía palpitaciones pensando que le sucedería hoy pero nada ocurría. Y siguieron pasando los años y la vejez llegó y está siguió avanzando hasta que un día rodeada de los suyos supo que no habría otro mañana y en el mismo instante hizo un breve recorrido por su vida. Comenzó por su infancia y recordó que había tenido unos padres buenos y justos que la habían querido muchísimo, que se lo habían dado todo y a los que debía ser como era. Unos hermanos con los que había compartido juegos, emociones, enfermedades y que siempre estuvieron allí. Un compañero del que se había enamorado, que la respetaba, le permitía tener sus momentos de independencia con el que había formado una familia y que jamás la había obligado a dejar de ser ella. Unos hijos a los que adoraba que le habían dado muchas satisfacciones y también preocupaciones pero a los que ahora veía con sus vidas encauzadas y que seguían a su lado. Amigos no tenía muchos, se contaban con los dedos de una mano, pero eran incondicionales y estaban ahí para todo. Y por último su trabajo fruto del estudio realizado y que le había proporcionado muchas satisfacciones y algún que otro desvelo pero que la había llenado tanto hasta el punto de que si pudiera volver a tener otra vida elegiría la misma profesión.
No todo había sido un cuento de rosas, había habido momentos de risas pero también de llantos, de relajación y de preocupaciones, de agobios y discusiones. Como todas las vidas, suponía, con sus momentos buenos y malos pero haciendo balance pesaban mucho más los buenos. En ese momento abrió los ojos y vio que todos los que aún estaban y la querían estaban allí. Una mano le cogía suavemente la suya y notó el roce de unos labios sobre ella y allí estaba él como siempre y que la acompañaba hasta el fin de sus días, ese hombre bueno al que quería y al que no siempre había tratado justamente, ese hombre que se lo había dado todo. Y por fin se dio cuenta de que eso que buscaba estaba allí, que siempre había estado con ella, que ya no tenía que buscar más. Se sintió plenamente feliz y con las últimas fuerzas que le quedaban le sonrió, suspiró y se dejó llevar muy tranquila hacía ese sueño tan profundo del que sabía nunca más despertaría.
- Autor: anbel ( Offline)
- Publicado: 17 de abril de 2014 a las 09:53
- Comentario del autor sobre el poema: A veces tenemos lo obvio ante nosotros y estamos tan ciegos que no lo vemos.
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 48
- Usuarios favoritos de este poema: ocsirnaf, matteo, ADOLFO CESAR MARCELLO, Jodha Akbar, kavanarudén, Pajarillo
Comentarios3
Asi es la vida querida amiga.
... ¿y que nos queda?
queda lo autentico,
lo que permanece para siempre.
Con los años nos damos cuenta del valor de las pequeñas cosas.
de quien realmente ha permanecido debajo de la lluvia junto a ti.
Un abrazo amiga.
Gracias por tu comentario, y perdona el que tardara tanto en responderte, pero me ha sido imposible hacerlo antes. Un cordial saludo.
Cuando empecé a escribir esto, surgió sin más...quiero decir que después de la primera frase siguió todo lo demás. Creo que todo depende del momento en que lo escribas, probablemente si hoy lo escribiera resultaría todo diferente...seguro que a ti te pasa.
De todas formas a la muerte no la temo en absoluto y la veo de manera tan natural como la vida misma. Quizá por que en mi vida está muy presente, y queramos o no ,no la podemos evitar, va implícita en la propia vida. ¿Como será el final de cada uno?, ¡eso quien lo sabe!...mientras tanto toca vivir la vida como mejor podamos y sin desperdiciarla nada que es muy valiosa...que sepas que tienes una amiga que no va a dejar que te sientas solo. Un abrazo.
WOW Anbel.
Hermoso!. Me has echo sacar alguna que otra lágrima, bueno yo soy una Magdalena, una amigo se reía de mi y me decía en juego que yo lloraba hasta con la "cirenita" (el film).
Fuera de juego me ha gustado.
Tiene un profundo mensaje. Muchas veces buscamos lo que ya tenemos. Basta hacer como ella, mirar al rededor, hacer un balance y ver que todo está ahí y no dejarlo todo para el ultimo momento.
Me ha gustado mucho amiga.
También me lo llevo a mis favoritos.
Dios te bendiga siempre y nos haga valorar lo que tenemos.
Kavi
Creo que es así, a veces buscamos y buscamos cuando realmente lo tenemos todo, pero es muy triste que nos demos cuenta de ello a última hora, ¿no crees?, ojalá no nos pase y sepamos disfrutar lo que nos aporta la vida en cada momento.
Es bueno emocionarse y me alegro que te ocurriera al leer mi relato....en cuanto a lo de las películas (también me pasa con algún libro) te puedes juntar conmigo y así ya seríamos dos los llorones....Otro abrazo.
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