Detrás de la noche,
me quedan tus instintos,
donde te descubro,
sin portada y al desnudo,
a la carrera pero sin prisa,
en el desierto que tu apagas,
en tus labios de lluvia,
con relámpagos que vencen sombras,
alargando las madrugadas,
con tu piel de compañía,
cediendo cada espacio,
achicando la distancia,
y tocarte en lo que eres,
cuando me miras y te miro,
sin más palabras que esta huella,
pasión que no se diluye,
presencia y recuerdo al mismo tiempo,
porque en la ausencia permaneces en mis manos,
las que no te sueltan,
y se alargan en el tiempo,
para abrir tus ojos,
y marchar a tu paso,
con tus movimientos,
subordinado a los gemidos y sus ecos,
que se quedan en la brisa,
para pensarte en el silencio de la soledad,
y volver en las campanadas de tu horizonte,
en tus pechos de crepúsculos que me enamoran
- Autor: El Poeta de la Tarde (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 21 de abril de 2014 a las 09:17
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 48
- Usuarios favoritos de este poema: Violeta
Comentarios1
Apasionante lectura
toque de amor
y de deseo
esos recuerdos
que en la soledad
reviven aun mas
saludos
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