Lo que un día yo vi en tus ojos: La inmensidad del cielo; el templo del Sol dominando en la ciudad perdida de Dios.
Lo que un día sentí al tocar tus manos. El calor del Gehena,[1] la hoguera en donde se retorcían quemándose mis más ocultos deseos.
Lo que un día pensé cuando besé tus labios: El paraíso terrenal, el árbol prohibido tentándome a probar los frutos más exquisitos del Edén.
Lo que un día viví cuando tus ojos, tus manos y tus labios se fueron para siempre. La inmensidad del cielo, el calor del Gehena y el paraíso terrenal se fundieron dentro de mi alma.
Mi Dios ha probado el fruto prohibido y fue condenado a vagar eternamente por el país del fuego fulminante del Gehena: va quemándose lentamente…
1Gehena: “Lago de fuego”. Infierno.
Maesevite.
Marzo 2009
[1] Lago de fuego:
- Autor: Alfonso Vite (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 22 de enero de 2010 a las 11:13
- Categoría: Gótico
- Lecturas: 113
- Usuarios favoritos de este poema: david valencia tobon
Comentarios1
oyeme muy buen poema pero Dios es para el creador cuando nos referimos a un hombre es dios con minuscula, ademas creo quye deberias llamarte poeta del bien y no demal abrazos mil chauchau adios
Jejejeje. Gracias por las recomendaciones, son muy valiosas. Creo que si se escucha muy feo poeta del mal verdad?,jejeje Mmmm, veré si puedo cambiarlo, sin modificar la escencia del término.
De nuevo, muchas gracias por leer este poema.
Saludossss.
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