Una madre lloraba
con mucho sentimiento
al saber que su hijo
había muerto.
El dolor se expande
y la invade por dentro
que se hizo mas grande
al ver el féretro.
Pasaron los días
y el dolor seguía
en su alma y cuerpo;
llorando y llorando
sin tener receso.
Pasaron los meses
de aquel suceso
y el dolor seguía,
sufría y sufría
en todo momento.
Pasaron los años
de aquel evento
y el dolor intacto
mató su contento
y la madre seguía
soportando la agonía
del dolor adentro.
Hasta que llegó el día
en que ya no lloraría
a su hijo muerto
y fue cuando la madre
cansada de honrarle
tuvo su deceso.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Derechos de Propiedad Intelectual
Reservados Bajo el Número 55620414
Maracaibo, Venezuela
- Autor: Diaz Valero Alejandro José ( Offline)
- Publicado: 24 de abril de 2014 a las 10:55
- Categoría: Sociopolítico
- Lecturas: 372
- Usuarios favoritos de este poema: lindaestrella, la negra rodriguez, JADE FENIX, Hadassa..., DELICADA ABRIL
Comentarios4
Qué dolor tan grande para una madre que llorar y vivir la muerte de un hijo . . . no hay palabras que lo describan. Saludos tocayo!!!
Es un dolor inmenso, llorar por un hijo muerto. Nunca lo olvida mientras ella tenga vida.
Muy duro y triste es este poema y no cabe comentario.
Mi afecto sincero.
Es razonable la perdsida de un hijo no es consolable, jamas. Bello y triste poema.
besos.
No hay consuelo para la partida de un hijo.
Hermoso.
Un abrazo amigo.
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