Estaba Abendaráiz
en una fresca mañana,
gozando del viento fresco,
mirando correr el agua,
mirando a moros y moras
tañer y bailar la zambra,
y vio a un morito a caballo,
armando grande algazara;
heridas trae de muerte,
que de vida no son dadas,
fuese al mirador derecho
donde el rey Chiquito estaba.
El buen rey leyó el billete,
de suspiros no cesaba:
-¿Dónde estás, alhaja mía,
donde estás, mi linda alhaja?
¿si estás muerta o estás viva
o te tienen cautivada?
Si te cautivaron moros,
te robarán honra y fama;
si te cautivó el cristiano,
te me volverá cristiana;
y si fueron los judíos,
te me tendrán por esclava.
¡Dichoso será tu amo
de que tú le hagas la cama
y que te eche la cadena
a tal pierna y tal garganta!
Por tu vida, mi alcaide,
levantadvos de mañana,
partiréis para Antequera
en rescate de mi dama,
con doscientos mil moritos,
todos cargados con armas.
El que me la traiga viva,
muchas doblas yo le daba,
le regaré sus caminos
de aljófar y de esmeraldas;
la calle por donde pase
Xarifa, ni enamorada,
la calle por donde pase
¡corran toros, quiebren cañas!,
y yo saldré a recibiros
legua y media de Granada,
con toda mi gente noble
vestida de oro y plata.
- Autor: "Gaviota" Romero (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de abril de 2014 a las 15:45
- Comentario del autor sobre el poema: El romancero oral siguió recibiendo temas a lo largo del siglo XVI. A finales del siglo, una nueva generación de poetas decidió echar mano del octosílabo y componer libremente, en metro romancístico, escenas dramáticas de ambientación histórica atentos a los gustos y recursos poéticos propios del momento, en vez de limitarse a narrar historias (como habían hecho los rimadores de crónicas y leyendas de mediados de siglo); imitaron de este modo en su estructura a los romances viejos, rodados en la tradición, aunque utilizaran un lenguaje poético muy diverso. Como había ocurrido con romances de otro tiempo y estilo, algunos no sólo gozaron de gran fama en medios letrados sino que llegaron a perpetuarse por tradición oral. Cuando ello ocurrió, estos “romances nuevos” fueron adaptándose al lenguaje poético propio del romancero tradicional, aunque aún puedan observarse en sus derivados orales del siglo XX algunos rasgos estilísticos heredados del texto letrado original. En nuestro romance, a pesar de la notoria fidelidad con que los cantores sefardíes de Tánger, Tetuán y Alcazarquivir reproducen el escenario (en la Granada mora de Boabdil) y la intempestiva llegada de la noticia del cautiverio de su amiga, tal como los concibió Lucas Rodríguez en el romance que comienza “Con los francos Vencerrajes / el rey Chico de Granada” (publicado en 1581), apenas podemos detectar en el romance del siglo XX restos del lenguaje poético que caracterizaba a ese “romance nuevo”.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 32
- Usuarios favoritos de este poema: andres fernandez ruiz
Comentarios1
Precioso romance, que por otro lado soy un enamorado de ellos.
También he colgado uno en esta pagina.
Saludos.
Muchas gracias, Andres.
Cordiales saludos
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