Sutilmente el sentimiento comenzó a subir desde el corazón hasta el alma, inesperadamente su presencia se volvió vital para mí. Así como de repente, como quien ya no espera nada ni en el más recóndito lugar de la esperanza, apereció con su fuerza, con la luz que emana desde ese par de ojos que le concedió Dios, similar a un tesoro, casi así como un milagro.
E inundó tan apaciguadamente los ánimos de melancolía que habitaban en mí, hizo del aire que respiro la satisfacción por saberlo vivo, reconquistó lo abandonado ... mas no se dió cuenta.
De la tensión hizo la calma, de los llantos la alegría que rebalsa en mi interior por aquel abrazo profundo. De la falta y la ausencia construyó una multitud donde sólo estuvimos los dos. Pero como ese malogrado verbo, es pasado, ya pasó. Y aquella sensación de no querer soltar, del deseo de la permanencia es lo que mantengo hoy. Aún logro ver en mi mente el primer encuentro de nuestras almas, sintiendo su latir en el mío, guardando para siempre su perfume en mí.
Y así es como nuevamente la ilusión se va apagando desde las entrañas, desde lo más mínimo que me compone hasta aquello que no se logra ver. Así es como los sentimientos vuelven a su tamaño de permanencia oculta constante, inexistentes para quienes son, reservados ante la desilusión y resignando así una vez más, el sentir que no alcanzó la luz de una vida externa.
Lo imposible una vez más,
me recuerda el corazón.
Y es que...
¡Cómo tan brillante alma aceptaría opacarse con las sombras de lo que soy,
con los restos de lo que fui!
- Autor: Malvina Villegas ( Offline)
- Publicado: 29 de abril de 2014 a las 01:29
- Comentario del autor sobre el poema: El opacar mi sentir frente a la persona en la cual no hay una mínima esperanza de vida para todo lo que llevo dentro. La risa que me provoca sincera por dentro y tan sutil por fuera.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 66
- Usuarios favoritos de este poema: AH
Comentarios2
Los humanos somos como el mito del ave fénix, apareciendo de la nada, renaciendo de las cenizas, de las ruinas de una ciudad deshabitada, construyendo murallas con pedazos de corazón, sintiéndonos huecos y vacíos tal vez por que nuestro espíritu voló, es por eso del viaje a encontrarnos con nosotros mismos y ver que paso, hablar de tu a tu de frente, de sanar las heridas que tal vez alguien mas nos causo, de aceptar que la única persona con quien estaré toda la vida es aquella que me dibuja en el espejo una sonrisa perdida. Un Gusto encontrarte de nuevo.
"De la tensión hizo la calma, de los llantos la alegría que rebalsa en mi interior por aquel abrazo profundo."
si todo hubiese sido como esa frase, esa historia hubiese tenido un final feliz..
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