Tenía pensamientos de invitar a comer a la vecina del cuarto
-la conoces, es ésa
dé las caderas bajas, la que dices que lleva sus honduras
salpicada de atunes-,
pero mira por dónde esta mañana
se ha roto el ascensor y como sabes
nunca fui muy proclive a las alturas.
Así que he decidido que las cosas sucedan con la lógica
más ilógica incluso
y lo que tenga que ser
será a pesar de todo
y he pensado
que tú y yo, por ejemplo hemos vivido
un fervor temerario
sin mirarnos sospechas ni creer en azares,
sin saber qué pudiera ocurrir si una mañana
no se enciende la ducha ni funcionan
la radio y el reloj.
No lo sé, pero a veces
de un ardor candoroso surge un huérfano.
¿Ves ahora
lo importante que es tener vecinos
que no estén en el limbo ni precisen
tomar un ascensor?
- Autor: Vicente Martín Martín ( Offline)
- Publicado: 23 de enero de 2010 a las 07:43
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 506
- Usuarios favoritos de este poema: migreriana, Melba Reyes A.
Comentarios4
Lindo, las cosas mas elementales se nos pasan
y son tan fundamentales que poetas como tú si se fijan,
amigo bueno y aleccionador tu poema
Exitos
y.. que tal resultó la invitación..
un beso buen poema..
Vaya!!!! Mejor las casas adosadas (jaja)
Bromas a parte amigo, un poema que en un principio parece gracioso pero que al analizarlo te das cuenta que lleva un mensaje para reflexionar.
Petonets,
Libra *M*
Petonets, Libra.
Gracis
Cada cotidianeidad con sus aristas! Cuando leo tus poemas siento que me voy por el riel que delínea tu pluma y es una sorpresa la que me espera.No dejes de escribir!
No dejaré de escribir, Nigreriana, te lo prometo.
Un beso
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