Cabalga el temporal
a rachas castiga
con agua y piedra
soberbio el clima.
El pecho se oprime
falta el aire
retorcidas las nubes
se aceleran al pasar.
Pienso sumido en la lluvia
como haré para seguir
los próximos instantes
que pretendo vivir.
Siento el alma
precipitarse
como la lluvia
interminable.
Por qué yo
tengo que dejar el alma
caída en la lluvia
piedra y barro.
Ahí, van en tumultuoso río
mis recuerdos
para ser tragados, poco a poco
por la sed de la tierra.
La tormenta se diluye
entre viento y sol
casi sin alma
sigo caminando a casa.
- Autor: Esteban Couceyro (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 8 de mayo de 2014 a las 10:43
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 33
- Usuarios favoritos de este poema: santos castro checa, Luzbelito
Comentarios2
Tiene mucha fuerza, mucha energía este poema.
Se siente uno mismo caminando bajo la lluvia, azotado por el temporal, viendo desparecer el agua por las alcantarillas.
Asaltado por la borrasca, despojado de los recuerdos.
Un abrazo,
Carlos
Son pequeños momentos de una vida, que por esas cosas del pensamiento, se transforman en preguntas angustiosas de uno mismo.
Siempre la lluvia me pareció sofocante, una intrusa en mi espacio.
Quizá en otra vida, moriré ahogado.
Un abrazo
Esteban
La fuerza de la naturaleza enciende la necesidad de descongestionar las angustias y frustraciones que dejan su estigma. Ojalá lo logres poeta.
Un abrazo.
Al final, regreso a casa, ese es el camino obligado de todas las angustias, casi podría decir, un regreso a la madre.
Un abrazo, un tanto empapado...
Esteban
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