Hay una tristeza que regala su mejilla
detrás del tránsito de una palabra,
donde quizá la muerte se asemeja
a un pretérito beso rodando por la calle.
Una oscura inquietud apresura
el regreso de ese aire enjaulado
sobre una holgada brújula
de tiempos sin nombres,
de caducos instantes
sobre la voracidad de un pájaro.
Y como presas descartables
esa misma muerte nos presta
su clara imágen,
las convicciones de ese pájaro
y el delinear de una sombra
dibujando nuestra memoria.
Hay una tristeza que rebana las sonrisas
detrás de un día cualquiera,
donde el porvenir se parece
a un niño corriendo detrás de su mascota.
Y una nube siniestra, fina y redonda
como el filo de un adios,
demora el horizonte detrás de ese sol
para que el fracaso de una noche no desista
de abrazarnos con su polen quebradizo,
convertidos ya, en una imagen sobrante,
alquitranando las fragancias del alba
con nuestras manos que dibujan
brillantes soledades.
Pero hay una tristeza detrás de mis tristezas
que siempre se parece
a un beso de mi calle,
a una palabra detras de esta ventana,
a tu nombre colgado en una rama,
a la madrugada de esa plaza,
a ese niño con relojes,
a esta muerte esperando
los intereses de su pacto.
- Autor: klimperer (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de mayo de 2014 a las 06:54
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 83
- Usuarios favoritos de este poema: kavanarudén, Luzbelito, Maria Isabel Velasquez
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.