Deberías estar fuera.
Nada tiene sentido.
¿Cómo pude pensar que ibas a ser tú
quien se lo diese?
Si eres lo peor que le ha podido pasar
a mi autocontrol, imagínate a mi valentía,
y a mis ilusiones.
Ilusiones, La palabra me da escalofríos.
Se hicieron polvo con polvo.
O el polvo se hizo polvo con ellas.
El polvo de las ilusiones (rotas).
El desilusionador polvo.
El polvo de la lista. De mi lista.
El polvo de la tuya. Mierda.
Hay tanto polvo que se me ensucia la mente.
No sé como actuar.
Basta con quererte lejos
para sentirte cerca.
Basta con buscarte cerca
para que te vayas lejos.
¿Qué pasará cando te quiera?
Somos solo polvo. Y encima imaginario.
Porque me lo esperaba
sino estaría hundida.
O quizás sea porque... sigues aquí.
“Tenemos que hablarlo.”
No más juegos si no vas a abrazarme.
No me abrazaste.
Tal vez sea yo la culpable.
Pero no me abrazaste.
¿Qué podía esperar?
Esperar es lo que me ha hecho polvo.
Calentón. Polvo ardiendo.
Guau. Cenizas. Restos de ilusiones.
Qué metáfora.
Ilusiones arden, cenizas quedamos.
Somos cenizas.
Dentro de nada, cenizas rotas.
Y después polvo.
Polvo de cenizas que antes ardían
como ilusiones.
Fuimos ilusiones.
Somos polvo. El polvo.
No uno más.
Aunque seas parte de una lista.
Y yo de otra.
Polvo entre listas.
No, no arderán como si volviesen
a ser ilusiones.
Hijas de puta, siempre vuelven.
Perdón por tanta descripción absurda.
Intento darle sentido
a esto en lo que nos hemos metido.
¿Cómo lo pasaste?
¿Llegaste?
Patético.
¿Qué puesto en la lista tengo?
¿Cuál era tu plan?
¿Y tu puto plan?
Cumples y te vas, sin quedarte a ver
lo que has cumplido.
¿Por qué? Eh, ¿por qué?
Me hacen polvo estas cenizas
“Nunca hemos tenido una cita.”
Cine, cena, Madrid, locuras.
El polvo no sale de paseo.
Vaya, en el fondo no es tan difícil.
El polvo tampoco tiene espectativas.
Ahora soy polvo, no cenizas.
Tú no estás, no eres.
Mierda. Te sigo queriendo.
Guau. El polvo fantasmal te quiere.
Si no lo hiciese, no dolerías.
Aunque en el fondo no lo haces.
Doler, digo.
Tengo la estúpida sensación,
de que no eres más que una cara bonita.
Por dentro hueca, efímera.
La sensación de que no hay mucho dentro de ti.
Solo vales por fuera.
Dentro no me interesas.
¿Será real esta sensación?
Sí. Lo es. Lo sé. Pero, ¿y si no?
Ya estamos con los “¿y si?”
A la mierda.
¿Volverá a pasar? ¿Y si lo busco?
Poco a poco puede que....
Glo, ¿y si no? ¿Y tus apuestas sobre seguro?
Llegados a este punto.
Vamos hasta el final.
“El calor y el fuego.”
¿Por qué fuego y no calor?
No arden ya.
Fuego porque quemaba.
Porque del fuego vienen las cenizas.
No buscaba cenizas.
El fuego no es eterno.
El fuego se apaga y quedamos cenizas.
Y después, polvo.
¿Y si consigo que el polvo
se haga cenizas...
y las cenizas ardan como solían hacer?
¿Y si soplo el polvo,
el polvo se esfuma,
fuimos fuego (no calor, fuego)
que se hizo cenizas
que se hicieron polvo
y después nada?
La nada, el polvo, cenizas.
No podremos volver a ser fuego.
Y mucho menos calor.
Yo buscaba calor, y me estanqué en el fuego.
En el fuego de ilusiones que parecían calor.
En tu fuego.
Quemabas. Era maravilloso.
Ahora dueles, sin doler, duele que no quemes.
Duele que no duelas.
Duele que no estés.
Y cuando estés no abraces.
El polvo no abraza.
Ni sale de paseo.
El polvo quiere volver a ser fuego.
Y el fuego quiere ser eterno.
Nunca más cenizas.
Y sí fuego, no polvo sucio, y oscuro.
Ilusiones, nunca rotas, nunca apagadas.
No podrías ser tú.
No voy a esperar.
No más decepciones, otra palabra que asusta.
No hay expectativas.
No hay esperanza.
No hay, desde luego, ilusiones
se hicieron todas ceniza.
De la ceniza sale el polvo
(y del polvo nada.)
Y de ellas puede volver el fuego
(y del fuego calor.)
El tiempo pilota.
Yo sonrío, fantasmeo.
Tú me quemas con ese verde.
Ese verde que no controlo.
Ese control que pierdo.
Pero hasta que no seamos polvo
no voy a perderte.
Aunque seamos cenizas,
y pronto polvo,
aunque deba soplar el polvo.
Aún no.
No voy a perderte.
No está todo perdido.
Ni ganado.
Quedan cosas por quemar.
Cambia “cosas” por “ilusiones.”
Quedan.
Nos queda.
Seguimos.
Voy a intentarlo.
“No sería yo si no me lanzase
a la piscina de cabeza.”
Soy yo, hecha polvo de cenizas.
Perdida en el polvo.
Sucia por él, por el polvo.
Gastada como una llama.
Estoy hecha ilusiones quemadas.
Pero quiero quemarme.
Dolerme.
Apostar.
Hacer locuras.
Llegar hasta el final. Guau.
Ya no importa cuánto daño hagas a mi valor.
O a mi.
O que no me abraces
o que sea estúpida.
Voy a por el final.
No voy a soplar mientras seamos cenizas.
Aunque el tiempo no esté de mi parte.
Hasta el final que vamos.
Porque, lo peor es, que
te sigo queriendo.
- Autor: Globo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de mayo de 2014 a las 12:09
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 209
- Usuarios favoritos de este poema: Emmanuel Sagaón, Felix Olivares
Comentarios2
Muy bello poema!!! se siente el volcan de sentimientos encontrados que erupciona de tu alma!!!
bienvenida a este espacio!!!!
poquito largoo.. pero bien rico!
suerte!
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