La ceiba de mi pueblo no murió
Con dignidad, de pie.
El árbol centenario que le dio
Reciedumbre a mi fe
Dejó este mundo el pobre no por viejo
Sino por inclemencia
De un verdugo, despreciable tipejo,
Ajeno de conciencia.
Cuando quise sonrojar mis ojos
Y recordar mi infancia
Solo encontré en el suelo sus despojos
Y sentí repugnancia.
- Autor: rodulfogonzalez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 14 de mayo de 2014 a las 13:11
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 154
- Usuarios favoritos de este poema: santos castro checa, WandaAngel
Comentarios2
La ceiba no es un árbol, creo, habitual por nuestros lares, pero veo que ese en concreto forma parte de los recuerdos de tu infancia. Saludos,
Es un árbol enorme que da mucha sombra. Gracias por su comentario. Un abrazo desde mi bella Venezuela.
Sentimiento a lo nuestro amigo y a veces nos ahoga la impotencia. Muy lleno de ternura con la naturaleza su poema.
Un abrazo
Gracias, amigo. Ese árbol pudo haberse salvado. Por eso mi repugnancia y no mi impotenci. Un abrazote.
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