Y me odias y te quiero.
Me desprecias y te adoro.
Buscas no encontrarme, y sin buscarte yo te encuentro.
Me quieres y te odio
Porque finges y yo, sincero.
Me pierdes con el tiempo
Y no te importa, y no te tengo
Miras al cielo y yo miro al infierno.
Más subo a ese cielo cuando me finges,
Y no lo entiendo.
Te debo mis horas amargas,
Me debes tus horas de miel.
¿Cuántos soles te he reído y cuántas lunas te he llorado?
¿Cuántas veces has quemado
Tu pasión encendida
Buscando el recuerdo de aquel, en mi piel?
Y ahora busco el recuerdo de esos tiempos
En los que dos significábamos uno,
Y a ese uno, le daba lo mismo el resto.
Y ahora me encierro en los recuerdos
Y tú te abres al olvido
Como intentando borrar todo aquello que escribimos,
Como queriendo tirar al vacío lo que yo en mi alma aún conservo,
Lo que yo con tantas ansias aún conservo.
¿Por qué no puedo hacerlo?
Porque a pesar de todo yo te quiero
Y te lo dije tantas veces “bajo el cielo infinito”.
Y te lo repetía en mis sueños, deseaba con ansias que durmiendo
Lograses ver lo que me haces sentir, y lo que siento.
Que una vez que despertases de ese sueño tan intenso
Al que por necia te has puesto, del que reniegas despertar,
Por una promesa estúpida, por una promesa nada más
Vieses de verdad lo que solamente en sueños digo
Pero que en la realidad nunca te cuento.
Todo lo que te has perdido.
No me arrepiento de ti ni de quererte
Solo el tiempo dirá si me equivoco o si el error es tuyo,
si al final me quedo solo.
Aunque ya ni siquiera finjas quererme
Aunque yo para ti ya ni siquiera soy un recuerdo.
De cualquier modo yo
Te seguiré queriendo.
No es necesario más desprecio
Empatiza. ¿qué harías?
¿Yo?, yo te amaría.
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