Yo iba perdido con la mirada triste
mientras mi corazón aprendía a ser sólo mío.
Era como un ala rota por cualquier embiste,
como el surco inerte que quedó de un río.
Yo era, en un mundo lleno, un gran vacío;
en la complicada vida, la simpleza de un mal chiste...
No era más que del viento el tenebroso frío
desde el impío día en que me abatiste.
Y hoy poco ha cambiado: me miro al espejo
y no veo más que una oscuridad que vierte
en aquello que miro como un regusto a muerte.
Y acepté que soy el surco de un río inerte,
que estoy vacío y ya poco me quejo...
Que sólo aprendí a verme viejo.
- Autor: Esperpento ( Offline)
- Publicado: 18 de mayo de 2014 a las 16:53
- Categoría: Triste
- Lecturas: 88
- Usuarios favoritos de este poema: la negra rodriguez
Comentarios3
Y hoy poco ha cambiado: me miro al espejo
y no veo más que una oscuridad que vierte
en aquello que miro como un regusto a muerte.
Profundos versos hermoso poema.
besos.
Simplemente excelente.
Saludos
"vacío"... no, "vació"... checa. Insisto, cada vez escribes mejor!... fabuloso, transmite muchas emociones. "que la reseca muerte no me encuentre, vacío y solo sin haber hecho lo suficiente... ". Un beso Ng.
Sí, no sé cómo se me pudo pasar una falta así. Gracias. 🙂
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.