EL ÉXITO QUE HAS CONSEGUIDO
El éxito... Un mentiroso y fraudulento galán que conquista
como un amante de mentirosas caras bonitas y filosas aristas,
que armado de las poderosas armas y de las cirugías estéticas que usa,
logra que "ocurra cuando tus sueños son más grandes que tus propias excusas".
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Y así vamos transitando como burros de carga tras una podrida y vieja zanahoria,
en pos de la meta de lograr nuestros sueños de resonantes éxitos que serán solo escorias,
y corremos ansiosos, apresurados, con la vista puesta en nuestros objetivos y muy anhelantes,
buscando asesinar aquellas excusas que transforman nuestros sueños en pesadillas frustrantes.
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Vamos luchando por medallas y copas brillantes, preciosos halagos y premios que ni siquiera sabía,
atropellando impetuosos e impacientes por ganar el premio mayor de esta fantasiosa lotería,
siendo ambiciosos, con codicias extremas -que es nuestra lucha por un ideal de superación-
y que para ser los "mejores", tener fama, poder y dinero, apostamos las fichas del corazón.
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Así, en nuestra desesperada y patética búsqueda del éxito personal que tanto buscamos,
perdemos los valiosos momentos de búsqueda del éxito espiritual, el cual extraviamos
en la pérdida de preciosos años de juventudes pasadas, en los que nos hemos convertido
en ancianos amenazantes de vengativas represalias a quienes nuestro éxito hubiera invadido.
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Y nos pasamos lo que queda del resto de vida, protegiendo estas conquistas de envidiosas codicias,
donde nos imaginamos ataques de enemigos ocultos, dirigiendo multitudinarias y babeantes milicias,
las que vienen a atacarnos para destruir nuestros prestigios y avasallar nuestras esforzadas conquistas,
las cuales debemos proteger con uñas y dientes, con estratégicas batallas, de estas amenazas que avistas.
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Entonces, todo ese tiempo y esa energía que usas en proteger tus valores y tu hermoso castillo encantado,
de todas esas horribles amenazas al fastuoso castillo del éxito que, esforzadamente, tú has conquistado,
serán esos, precisamente, el tiempo, la energía y la -quizás- sucia conciencia que habrás consumido
para disfrutar la Vida de todos aquellos minutos que te restan para llegar a tu final elegido.
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Y en esa dura lección que nos enseña la Vida, tras los combates por defender esta fama,
nos damos cuenta que estos sueños de éxitos solo nos provocaron pesadillas en la cama,
que extraviamos amores, esquivamos amigos, perdimos saludes y abandonamos pasiones
por conquistas de sueños de éxitos que quizás ni siquiera llegamos, o sin haber sufrido lesiones.
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Pero, bueno, es así; todo esto solo son partes de las cosas por las que estamos aquí, en esta vida,
para aprender a la fuerza por experiencias propias o por errores o aciertos de gente conocida,
que nos enseña que el éxito es solo un impostor farsante que se pasa el tiempo engañando
sobre qué es importante aprender en este trayecto genial por el que estamos transitando.
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Por eso, solo tú verás si han valido la pena los esfuerzos por el éxito que has conseguido,
si fueron valiosos los tiempos perdidos, los cariños olvidados y los honores que has invertido
en lograr todo aquello por lo que has luchado toda una vida y si esa vida a otros no has perjudicado
con tus procederes, con tus ambiciones, con tus pecados o con los honores que pudieras haber extraviado.
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Eduardo Faucheux
20-05-2014
- Autor: Eduardo Faucheux (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 20 de mayo de 2014 a las 09:38
- Comentario del autor sobre el poema: El éxito que has conseguido... ¿ha valido la pena? Nota de autor: La frase entre comillas "ocurra cuando tus sueños son más grandes que tus propias excusas" NO ME PERTENECE. Es de una frase copiada que dice: "El éxito ocurre cuando tus sueños son más grandes que tus propias excusas"
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 88
- Usuarios favoritos de este poema: Diluz
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