ME CANSE DE MAQUILLARTE LA HERIDA

En esta cama rompo el juramento,
y le prometo una mentira a la suerte,
de que mañana en tu cuerpo sangriento,
tal vez encuentre la muerte,
e invente plegarias en alguna parte,
y dibuje lugares donde encontrarte.

En esta cama condeno al corazón,
al solo efecto de tenerte un día,
y te desvisto con una canción,
y acaso así nos engañamos todavía,
ser amantes es como una profesión
que siempre viene a la ocasión.

No hay rey en mi tablero de ajedrez,
no hay reina en mi castillo de arena,
déjame esta noche ser parte y juez,
y tu la mujer de mi triste condena,
porque sin ti soy,
una guerra perdida,
un poema de despedida,
un maletín sin dueño,
un niño sin sueños,
el llanto de un pañuelo,
un Dios sin cielo,
un blues,
un después,
la historia de lo que nunca es.

Me canse de maquillarte la herida con un beso,
que nuestro amor sea nada más que eso,
una crisis de medianoche en un cuarto,
una escapada por el subte que me tiene harto,
yo tampoco quería quererte demasiado,
cuando uno menos lo espera termina enamorado.

Y que hacemos ahora después de la cama,
cada quien vuelve a su casa y finge que ama,
tu primero esconderás un "te quiero",
yo primero, yo segundo, yo tercero.

No hay lunas de miel en la estación del tren,
no hay atajos cercanos para escapar del olvido,
déjame esta noche te pongo el corazón en orden,
y acaricie tu espalda antes que me haya ido,
porque sin ti soy,
un tesoro sin playa,
un dolor antes que se vaya,
una cicatriz del pasado,
un héroe abandonado,
el hospital de los desamores,
el funeral de las flores,
un agónico tres,
un alquilado viernes,
la historia de lo que nunca es.

No sé si vienes o vas, si vuelves o te quedas,
me harte de maquillarte la herida con un beso,
y que nuestro amor nunca suceda,
mas que en las paredes de un cuarto sin acceso.

Las Mercedes, 2 de junio 2012