Ha llovido y mañana será el mar,
pero buscadme lejos,
no hacia el sur,
no en el canto del ave disfrazado de lágrimas,
sino allí,
donde el cielo es un templo de paraguas y pamelas los árboles,
donde acaban los sueños y la luz no lo sabe,
buscadme en los olivos,
en la sal,
en lo bello.
He muerto convertido en un burgués hipodérmico,
coronado
de manzanas azules y de flores de Holanda,
culpable de vivir y con dos ángeles
cogidos a mis manos,
nada os hace pensar que esta mañana es la última
madrugada del mundo,
el sol viene
desde excelsos palacios derramando transparencias de mimbre
y es el mismo dolor el que acontece,
es la misma traición la que pretende convertir en verbenas
el sexo de los pájaros.
Puede que alguna vez nos encontremos y no sea preciso
perder toda esperanza,
puede que este lugar en que os espero sea un puerto de piratas gandules
y no acepte más náufragos,
ya me diréis entonces
de qué color se visten las fresas si no llueve.
- Autor: Vicente Martín Martín ( Offline)
- Publicado: 26 de enero de 2010 a las 13:28
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 97
- Usuarios favoritos de este poema: Melba Reyes A., Melba Reyes A
Comentarios2
No pierdas las esperanzas de encontrar lo que buscas... seguro el mar te traerá lo que tanto ansías... por que siempre vuelve...cuantas lágrimas habré derramado por esto amigo ...
Felicidades y abrazos
Te sigo leyendo
Las fresas se visten del que las pinte tu verbo poético. Ha llovido, sí, y te busco en el mar de tus versos. Pronto serán tres años de tu partida, pero en realidad estás aquí, en tu extensa obra y en mi admiración eterna.
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