Te olvido de a ratos,
de a pedazos,
todos los días
te olvido un poco,
la mano izquierda
una lágrima
alguna palabra.
Me siento a olvidarte
-sin falta-
de lunes a sábado
de cinco a siete,
todas las tardes
de mi vida
y de mi sombra
me dedico a olvidarte.
Te olvido de perfil
callado, sonriente,
llegando o partiendo.
Te olvido las noches
las poesías
la plaza aquella
los hijos que no tuvimos
-nos olvido a todos-.
Resto las promesas
los silencios
los nombres inclinados,
descarto los labios en beso
-tu pecho-
nuestros ojos
la sangre mutua
hasta la muerte a tu lado
descarto.
Los domingos
adelanto trabajo
y te olvido el día entero.
Desde que eres un hombre casi
olvidado
-confieso-
yo soy una boca a medias.
Comentarios2
María...que exquisitas tus letras,que profundo calas dentro mío.
Abrazos totales
Un hombre casi olvidado, tan "olvidado" que lo evocas con más claridad en cada verso.
Muy tú, bravo!
Saludos afectuosos Mari.
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