A travéz del vidrio, la ciudad late
con sus propias urgencias
personas y vehículos
mueven sus destinos.
En tanto una paloma
parada en la cornisa, mira
como un suicida inminente
que calcula el salto final.
Apuro el café
y cuidadosamente miro
quizá por última vez
la ciudad... y mi vida.
Como esa paloma
parado en la cornisa
como un suicida
miro a la gente, llevar sus destinos.
El vértigo, invade mi razón
y me aferro al espanto
a la fuerza de vivir
a esa paloma, que regresa.
A mi lado, me mira
y los dos miramos
a la gente, abajo
cada una con su sombra.
Arriba un cielo...
sin nubes, azul
infinito de medidas
fuera de escalas.
La paloma me abandona
con seco ruido de alas
y yo regreso
a tomar otro café.
- Autor: Esteban Couceyro (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 25 de mayo de 2014 a las 10:48
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 51
Comentarios4
Un paralelismo entre tú y la paloma, menos mal que fuiste a tomar otro café. Me agradó mucho, hace pensar.
Mis saludos y buen domingo.
Pobre, por suerte, el chasquido de mis alas, lo desconcentró y no se pudo tirar...
Saludos, en un domingo espléndido, además de patrio.
Esteban
Estás creando un nuevo género poético.
¿como es eso?
Un abrazo
Esteban
Puedes leer mi respuesta en mi espacio en el portal: allí la acabo de publicar.
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