Una bailarina en el mar (Cuento)

Diaz Valero Alejandro José

 

En un pueblo ubicado a orillas del mar vivían muchas familias y todos eran pescadores. No es nada extraño que al vivir tan cerca del mar y tener la oportunidad de salir de pesca, hubiesen decidido dedicarse a ella.


Por tal razón era conocido como el “Pueblo de los pescadores”.


En ese pueblo vivía una niña llamada Verónica Vanessa, al igual que todas las familias del pueblo, su padre y su madre eran pescadores, y sus hermanos, hembras y varones también. Cada uno tenía su propio bote para salir de pesca en las frías noches, a veces oscuras, y otras veces lunadas.


La pequeña niña pescadora tenía un sueño muy grande, al igual que su hermano, solo que su hermano soñaba con ser el mejor pescador del pueblo y ella soñaba con ser una bailarina clásica en un pueblo de pescadores. Ser la única y la gran bailarina del pueblo.


Por extraña razón cuando su familia salía al mar de pesca todos regresaban con sus botes llenos de peces, todos, menos ella.


Y es que cuando Verónica Vanessa salía en las noches de pesca en su botecito, ella escuchaba en el sonido del mar imaginarios valses de Johann Strauss, y convertía su bote en un minúsculo escenario donde hacía sus ensayos de baile, y hasta se paraba en puntillas haciendo graciosos giros. Allí soñaba que las estrellas y la luna eran el público que ovacionaba y admiraba su arte.


Por eso cuando ella salía de pesca no regresaba con peces, aún así, regresaba feliz, pues pasaba toda la noche danzando, imaginando que sus zapatillas anaranjadas eran esos peces llamados “Bailarinas” que se movían al son de las aguas y que disfrutaban el mar y la danza, igual que ella.


Cuando Verónica Vanessa se hizo mujer se fue del pueblo de pescadores a un país lejano donde el arte de la danza era más importante y pudo allí hacer realidad su sueño de ser bailarina. Allí se hizo famosa, pero nunca olvidó su pueblo de pescadores, cuando danzaba imaginaba el sonido del mar y a su pequeño botecito que se movía al son de las olas.


Finalmente su sueño fue cumplido en parte, pues a pesar de ser una famosa bailarina en otro país, en su pueblo de pescadores nunca se supo de su fama, porque todos ensimismados en sus redes y sus botes, jamás extrañaron la ausencia aquella soñadora que salía a pescar en las frías noches del pueblo y regresaba sin peces.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero

Derechos de Propiedad Intelectual Reservados

Bajo el Número 55620514

Maracaibo, Venezuela


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Comentarios +

Comentarios2

  • Beatriz Blanca

    Hermoso cuento con una clara reflexión, nadie es profeta en su tierra.
    Hay que salir al mundo para poder lograr cumplir con las metas y también los sueños.
    Me encantó, saludos y mi afecto. Bea.

  • la negra rodriguez

    Bellismo cuento Ale ojala todos pudieran cumplr los sueños a cvabalidad.
    besos.



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