¡Ay!, crudisimo invierno frío,
aquí la soledad vistióse de yeso,
murió de ausencia, de preludio mis sesos,
los epitafios que han de estarse son míos.
Mira que la noche es grana y sin devoción!
y, se llora horribles mausoleos, golpea
iracunda la cenagosa noche,
y, lastima mi corazón.
¡Qué no daría yo, por tenerla infinita,
frente a mis ojos, imaginando al viento,
olvidando su absurdo regreso,
y, el aedo muriendo!
Derechos reservados de autor
John Morales Arriola.
- Autor: John Morales (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 27 de mayo de 2014 a las 11:22
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 26
- Usuarios favoritos de este poema: Maria Hodunok.
Comentarios1
Son tristes tus versos de hoy, poeta. Cuanto amor hay en tu corazón y cuanta ausencia.
Me gustó como lo escribiste, bellísimo.
Cariñitos.
Muchas gracias amiga poetisa, el amor y la ausencis, a veces se juntan.
Saludos.
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