Ven, te invito,
acércate, siéntate a mi lado, la noche sedienta.
Tiene sed de tu tiempo,
sed de universos tempestuosos,
sed del indiscreto vino.
Ven al fuego,
acerquémonos a el, que nos caliente, que nos avive, que nos provoque,
miremos al humo hacer su danza,
que se encienda tu sonrisa,
que me atice, que me contagie.
Ríes, y soy como una pieza de dominó
que se derrumba ante la inminente reacción
que provoca tu voz en el aire.
Enmarco tu risa,
y allí nuestras bocas hechas mar
que nos incitan a lanzarnos al naufragio
donde tu cuerpo es una vela,
un oasis, una pluma que flota entre canciones.
Te respiro, inhalo tu nombre
y deseo chocar con tus manos,
y te sigo respirando,
me dejo envolver por tu aliento colmado de notas,
de música nuestra.
Sucedes,
sucede el estruendo, el choque de cuerpos,
como dos satélites en la galaxia.
Nuestros mares se excitan
y el sabor es infinito,
el olor es glorioso.
Somos etéreos
y yo te sigo respirando,
y tu me vas tejiendo y destejiendo,
como si me imaginaras, como si me soñaras,
y en el sueño te hago viento, y tu fuego se aviva,
tu sonrisa palpita y me incita,
me quema,
es vida.
Nuestras manos se buscan y se leen,
y nos miramos con ellas.
Así llega el amanecer y nos comparte
con su sol enamorado y expectante,
con sus nubes atónitas y curiosas,
y nosotros estamos allí
en el mismo fuego,
en la misma piel.
- Autor: HERRADURA ( Offline)
- Publicado: 28 de mayo de 2014 a las 07:18
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 150
Comentarios2
Psicodélica ha sido la lectura de sus letras
Un placer leerlas
Saludos de amistad
Y para mi, un gusto el saber que me ha leido. Más saludos y hasta un sincero abrazo para el poeta del abismo.
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