Para mi hermano Manolo.
In memoriam
Saint Louis, puerta hacia el viejo Oeste
que conocimos en nuestras primeras lecturas
de la adolescencia.
Geografía que mantiene autónomos espejos,
para re-conocer viejos parajes.
Por un momento nos pareció encontrar
a Quantreel de Nevada,
rey de bandoleros de aquella vieja tierra.
O a Jesse James, otro rey,
mientras entraba a las Cuevas de Meramec,
para generar una nueva leyenda.
O al General Robert Edward Lee,
defensor del status quo de negros explotados y oprimidos,
haciéndose pasar por vengador.
¿Por vengador de quién? ¿De qué?
O a un Ulyses Grant, hoy revalorado en nuestra mente,
pero, ayer, oscuro personaje,
en aquellas noveletas de Estefanía
que a veces nos conducían a defender cosas indefendibles.
Ahora, con el tiempo, ya hemos entendido
que él tenía el pensamiento
de los negreros del Sur, alejado
-y alejados- de todo lo que ha sido justicia.
Hoy, enceguecido por el arco moderno
que nos lleva adelante,
con el aire frío que, en nuestra faz, coloca
las ondas del Mississipi,
diestramente conducidas
por un Samuel Clemens ansioso,
hemos comprendido
el por qué de la extensa toponimia de los “Creek”:
Arbor Creek, Timber Creek.
Sobre todo: The Elk’s Creek, porque fuimos sorprendido.
Jamás habíamos especulado sobre
la existencia de venados sin cachos.
Después, por el camino hacia De Soto,
pudimos ver las diligencias dela Wells Fargo,
abriendo caminos hacia una civilización teñida con miserias:
Nube Roja, combatido por el “Caballo de Hierro”
y engañado.
O Toro Segundo, el lobo solitario,
asesinado por fusiles hermanos,
disparados por hermanos sioux,
enla SugarCreekde sus ensueños.
Un sargento Branks, denunciador de entuertos,
o un Charles Barber, hacedor de medallas
que han trocado valores.
Y en el cenit de todos: Dred Scott,
símbolo del eterno reclamo de justicias negadas.
Más allá,
al ladear una curva,
Nuestra mirada columbró la “P” cansada,
extraño nombre para un rancho de vaqueros
y de vaquerías,
en donde deberíamos inferir
que ninguno se cansa.
...................................
Y en cada uno de estos recuerdos librescos
venidos a la mente con efluvios reales,
estabas siempre tú, Manolo, hermano nuestro,
paradojas del mundo,
conduciendo nuestras escogencias,
con la seguridad de estar siempre en lo cierto,
para mantener el rol de un hermano mayor.
Saint Louis (Missuri), diciembre de 2005.
- Autor: Luis Alvarez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 30 de mayo de 2014 a las 17:38
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 518
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