Anhelándote,
caen los pasos al sendero cual llovizna
sin hallarte,
o ya tarde:
tus pupilas las ventanas iluminan
y tu llevas a las cimas
sollozantes
arreboles y sonrisas.
Aportaste,
de muy lejos, una luz a los enigmas
de un errante
que, al cruzarse
con tus ojos como estrellas repentinas,
en sus llamas incendiándose, rocían,
fulgurantes,
soledades infinitas.
- Autor: Juan de España (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 1 de junio de 2014 a las 17:45
- Categoría: Amor
- Lecturas: 80
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