Los efímeros destellos
de mil piedras bajo el sol
exhalan vapores calcinantes
que incineran la tarde.
Y entonces la tarde calcinada
hace mas lúgubre la noche
desdibujando luna y estrellas
dejando en al abismo a la mañana.
La mañana al borde del abismo
tirita de miedo y de frío
y en esa difusa dualidad
concatena sus minutos y sus horas.
Es en esa extraña concatenación
donde la vida prosigue sin desmedro,
aunque muchos alucinen y sonrían
mirando indiferentes sus problemas.
Y es que cada problema
es en esencia el haz refulgente
de piedras que proyectan mil destellos
que incineran y calcinan nuestras vidas.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Derechos de Propiedad Intelectual Reservados
Bajo el Número 55620514
Maracaibo, Venezuela
- Autor: Diaz Valero Alejandro José ( Offline)
- Publicado: 5 de junio de 2014 a las 08:04
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 26
- Usuarios favoritos de este poema: Hadassa..., victolman, DELICADA ABRIL
Comentarios3
Bellísimas notas de razón hay en tu poema sin rima, pero lleno de ese tierno corazón.
Un amistoso abrazo. Bea
Amigo poeta... No exageras al demostrar en tus versos, que la vida solo es una rutina y que en ella existen muchos problemas de los cuales muchas personas "los miran indiferentes"... ¿Será que se tienden el escudo de un no querer saber, de un no enfrentar?..
Hermosos versos sin rimas...
Mi respeto amigo y gracias por compartirlos.
¨Primera ves en un peoma de este estilo pero te luces Ale.
besos.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.