Mi cielo eres tu Poema
¡Oh mi niño!
Si supieras, que solo vivo
para adorarte.
Solo tú, eres mi cordel a mi pequeña existencia
en ti vi, los mares infinitos
ame a cada estrella en tus ojos
goce la vida de mi sangre en tus manitos
¡Oh mi niño encallaste en mi arrecife de poemas!
Desperté a mi duende y niño solitario
para jugar contigo, volver a ser niño
por ti pugnaron mis lagrimas
el minuto feliz de tu primer
grito en nacimiento,
y brotaron las vertientes salinas
de mis ojos descreídos
tu voz y tu mirada
crearon este rustico poeta,
pobre de caricias
infinito en prosas desgastadas
¡Oh mi niño tierno!
Perdona este triste poema
de mis entrañas
para alabarte,
mi niño
santo, santo
que me redimes el desconsuelo
siendo como un pastor, de ti mi amado niño.
Amado hijo Nahuel Sebastián
a ti te amo, mi único y bello
firmamento.
Darío Ernesto Muñoz Sosa
Autor.
Has sido luz que a mi vida,
Siempre presente has guiado,
Por tu amor he confrontado,
Los más terribles tormentos,
Pero jamás ningún evento,
Logró ganar la partida.
Son los senderos que siguen el camino que yo abrí,
las locuras que he vivido y los sueños que perdí;
son todas aquellas dudas, o aquel loco frenesí,
las manías que tenía ¡Cuántas cosas reviví!
Son mis hijos el anhelo, esa preocupación
por que vivan muy felices, que trasciendan el dolor;
qué no dieramos los padres: alma, vida , corazón
para que llenen sus vidas de felicidad y de amor;
aprovechen hijos míos, esta herencia que reciben
el apoyo necesario para que todo realicen
para que pongan cimientos, para que echen raíces
de ocupaciones honestas y de familias felices;
nunca habrá, de este cariño, una etapa final
siempre estaremos, queridos, para en todo apoyar,
y cuando vivan dichosos ya nos podremos marchar
con la conciencia tranquila porque APRENDIERON A AMAR...
A estos niños que con ternura los criamos
A estos hijos en que nosotros tambien fuimos niños
A estos hijos y niños que crecimos así; igual que ellos
A estos niños que seremos siempre,
A ellos?!", de nuestras pequeñas y pequeños deseos
Pero Grandes pensamientos.."
Sentir su ternura en el regazo
y darles amor que prolijos,
satisfaga a nuestros hijos,
acariciándolos con un abrazo,
porque es DIOS que bendijo
nuestro hogar, regalándonos un hijo.-
Mis amores mas fervientes y queridos,
son mis hijos que acompañan con alivio
y comprenden que la pasión de ser poeta,
es lo único que calma mis delirios.
Es su amor lo que me mantiene viva,
sin ellos ya nada valdría la pena,
los hijos son el regalo que nos recuerda,
que Dios tiene una bondad infinita,
que siempre están y estarán,
mientras nos quede un álito de vida.
MARIA HODUNOK.
¡Oh que triste desfiladero!
Tanto poeta ensalzado, sin un verso a sus hijos
He aquí la verdad de sus inspiraciones
de sus errantes y vagabundas sombras
¡Oh tristes corazones!
Pues un niño, más un hijo
es todo un poema, motivo de la palabra y legado.
Pálidos de muerte poetas sin compasión
Pues un verso a su prole
Devengará, en razón y salario
a sus existencias.
Vanaglorias y estudios académicos
Eruditos sin corazón.
Limpiando sus externas lapidas de sus versos
antes de la muerte que yace en sus lánguidas líricas.
¡Oh poetas de a miles, sin un obsequio a sus tiernos hijos!
Yendo a un a tierra de sucumbidos
Despojos olvidados.
mientras aquí en la gran aldea
de mis poetas amados, fulgurantes en cada aporte
Pupykuba, Raúl Gonzaga,
El enigmático,
Alejandro O. de León Soto,
María del Alma. Les extiendo mi abrazo
palomas de paz a sus sentimientos
pues se despojaron de las indolencias
alabaron a sus hijos en poesía
compartieron a mi niño interior
con las suaves caricias, de sus bellos versos.
Darío Ernesto Muñoz Sosa
Un hijo
Un niño es un volcán que pugna en destellos
es calor incandescente de cariño
lava roja de horizontes azorados
que bendice la tierra y los valles en años postreros
en actividad del centro de las entrañas
pues, así un niño se crea
cuando pugna el gozo, el abrazo,
las palabras de amor, y las promesas
y ese niño seguirá su rumbo,
como lo hace solo el rio
como sabiamente la raíz busca las napas de aguas cristalinas
ocultas a nuestros ojos
ellos serán poetas, preexistirán en lágrima, serán suspiros
y cuando sean padres amaran el póstumo abrazo
pues en sus almas
en libertad, coexistirán migratorios
volviendo en los ciclos donde fueron amados
un niño, un hijo es todo cuanto poseemos.
Darío Ernesto Muñoz Sosa
Mis hijos, por ellos daría mi vida.
Regocijados en mí pecho,
sentimos el mutuo y desmesurado amor,
que no se ha deshecho,
por la separación, que la vida o el destino nos a hecho.
Hijos; pensarlos, sentirlos me vuelcan a mi niñez,
Niños, hambrientos de amor y caricias,
y a su vez, su alma desbordante amor para la entrega.
Hoy verso para la niñez,
que mañana ya no estaré talvez.
Dolores P. Medina Loarte. ( Lolita )
- Autores: Darioernestomuñozsosa (Seudónimo), pupykuba, Raúl Gonzaga, El enigmatico, Alejandro O. de Leon Soto, Maria Hodunok. , Lolita
- Se ve: Todos los versos
- Finalizado: 20 de junio de 2014 a las 22:30
- Límite: 15 días
- Invitados: Amigos (pueden participar los usuarios en su lista de amigos)
- Comentario del autor sobre el poema: Talvez tengas hijos, talvez algun ahijado, o sobrinos, o solo amigos, dedicales una estrofa bella inspirandote en ellos, azlo sin tapujos, seremos autores del mas bello poema de la red virtual de poemas -del -alma. Exitos
- Categoría: Familia
- Lecturas: 1061
- Usuarios favoritos de este poema: Darío Ernesto, Maria Hodunok., alex grimanieli, Dolores Medina
Comentarios1
Oh mis poetas del alma, dejenme secar mis lagrimas, que empañan este bello instante, ah dios mio jamas he leido tan bellos trozos de poemas exelsos, a cada uno de ustedes Dios les reservara un rincon en el paraiso, pues jesus dijo dejen de impedir que los niños vengan a mi, pues ello son los dueños del reino de los cielos a menos que se hagan como ellos no seran parte de ese reino. Gracias por su aporte, con su permiso compartire este fusdionado de el cual somos los aportantes coautores de tan bello y majestuoso poema.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.