Son los senderos que siguen el camino que yo abrí,
las locuras que he vivido y los sueños que perdí;
son todas aquellas dudas, o aquel loco frenesí,
las manías que tenía ¡Cuántas cosas reviví!
Son mis hijos el anhelo, esa preocupación
por que vivan muy felices, que trasciendan el dolor;
qué no dieramos los padres: alma, vida , corazón
para que llenen sus vidas de felicidad y de amor;
aprovechen hijos míos, esta herencia que reciben
el apoyo necesario para que todo realicen
para que pongan cimientos, para que echen raíces
de ocupaciones honestas y de familias felices;
nunca habrá, de este cariño, una frontera final
siempre estaremos, queridos, para en todo apoyar,
y cuando vivan dichosos ya nos podremos marchar
con la conciencia tranquila porque APRENDIERON A AMAR...
- Autor: Raúl Gonzaga (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 6 de junio de 2014 a las 07:37
- Comentario del autor sobre el poema: Versos de 16 sílabas, dos de acho con rima en los pares, que tratan de la preocupación de los padres por sus hijos; inspirado en Poema a nuestros hijos., en Poemas del Alma http://www.poemas-del-alma.com/blog/mostrar-poema-303437#ixzz33r0i2td5
- Categoría: Familia
- Lecturas: 32
Comentarios1
Que no dieramos los padres por ver a nuestros hijos libres de todo dolor, pero ellos deben forjar su alma para vivir y requieren de la voluntad que despiertan al enfrentar sus problemas, para saber superar los obstáculos de la vida; debemos apoyarlos pero nunca amarrarlos con lazos de amor y chantaje que no los dejen crecer...
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