Sin duda el paciente seguía dormido
después de aquella larga cirugía,
en la sala de observación seguía
cuando el cirujano ya se había ido.
Sin recuperar aún el sentido
mostraba su cara pálida y fría
mientras su corazón fuerte latía
por todos los cuidados recibidos.
Allí seguía la eficiente enfermera;
brindando sus cuidados de primera,
le daba el adecuado proceso…
Al estar sola con aquel paciente
quiso demostrar su amor floreciente
y amorosamente, le robó un beso.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Derechos de Propiedad Intelectual Reservados
Bajo el Número 55620514
Maracaibo, Venezuela
- Autor: Diaz Valero Alejandro José ( Offline)
- Publicado: 8 de junio de 2014 a las 11:18
- Categoría: Sociopolítico
- Lecturas: 16
- Usuarios favoritos de este poema: la negra rodriguez, DELICADA ABRIL
Comentarios3
¡Qué atrevida!.. ¿no?
Eso me recuerda a un apelicula de Almodovar jajaja muy buen soneto,
De película este soneto amigo Alejandro
bambam
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