Si pude medir mis días en tu senda
estamos hechos de colores
parecidos.
Y fuentes de piedra húmeda en la sombra
escaleras recias, de roble añejo
y esperas en patios de azahares y enredaderas.
No hay caminos.
Al cabo, la vida es un sendero parco.
Sólo uno cabe;
sólo dos, si muy estrechos.
¿Qué nos dejó en tanta noche la medialuna quieta?
No más que tu espera, y mis canciones
y tus besos y mi muerte.
En qué deriva me interné,
consciente y doloroso
y el fondo del abismo se hizo cielo cuando caí de bruces en tu frente.
- Autor: Parvat ( Offline)
- Publicado: 11 de junio de 2014 a las 17:20
- Comentario del autor sobre el poema: Escribí estos versos hace... tres siglos, la madrugada del primer encuentro con quien sería (y fue) mi primera mujer; los leo ahora como venidos de otro espacio y tiempo, y me dicen tanto! El título hace alusión a... qué más da. Espero que les guste.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 65
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.