Bella muñeca, princesa adorada,
mujer como ella, jamás encontré,
esa joven bella que ayer hallé,
entre los robles, feliz recostada
De piel suave, cual rosa delicada
desde aquel día sentí yo que amé
y creo que por siempre adoraré
su bello rostro y su dulce mirada
No pudo ser otra que mi mamá
quien me llena de amor en mi trizteza
de forma que nunca nadie podrá
Hoy con orgullo exhalto su grandeza,
digo orullosa que llamo "mamá"
a mujer de inigualable belleza.
- Autor: Sarah E. Valenzuela G. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 11 de junio de 2014 a las 21:25
- Comentario del autor sobre el poema: Es el primer soneto que escribo... y ¿quién se merece que se lo dedique...? pues mi madre. Ella que, desde que supo que yo existía en su interior, se ha desvivido por cuidarme. Me ha enseñado lo que es vivir y a la persona a la que le debo gran parte de los buenos hábitos y valores que tengo.
- Categoría: Familia
- Lecturas: 66
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